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La Policía Local refuerza su presencia en Orriols para estabilizar la zona en un año

Entre sus objetivos estará evitar nuevas ocupaciones ilegales, las molestias a los vecinos y la comisión de pequeños delitos

Presencia policial en el barrio de Orriols, donde la Policía Local y la Nacional trabajan coordinadamente. | F. BUSTAMANTE

La Policía Local de València ha puesto en marcha un plan especial para el barrio de Orriols que pasa, básicamente, por un fuerte incremento de la presencia policial y que aspira a normalizar la situación de la zona en el plazo mínimo de un año. Potenciar la policía de barrio y acompañarla con una unidad radio-patrulla y unidades de convivencia de la tarde y de la noche son las principales medidas propuestas. Este mismo lunes ya estaban preparados cuatro agentes de barrio para encabezar este programa, que abarcará prácticamente todas las horas del día.

Según un informe realizado por la Sexta Unidad de Distrito de Exposición, el diagnóstico del problema, que ha levado a los vecinos a manifestarse en la calle, está claro. Existe una «percepción de relevante inseguridad» por la llegada de grupos de personas aprovechando la existencia de viviendas vacías, la mayoría propiedad de bancos, inmobiliarias y grupos inversores. Estas personas han provocado «comportamientos de carácter antisocial» como la propia usurpación de viviendas, comisión de infracciones administrativas, molestias por ruido, consumo de drogas, comisión de delitos leves, así como peleas y reyertas.

En el caso de los delitos, el informe policial asegura que estas personas se desplazan también a otros barrios de la ciudad como la calle Sagunto y Benimaclet para cometer robos y hurtos al descuido. Es más, los fines de semana por la noche actuarían en la Malva-rosa, La Marina, Blasco Ibáñez o discotecas puntuales cometiendo robos con violencia e intimidación.

La Policía Local puntualiza también que una parte de las personas llegadas al barrio son de origen magrebí y que por eso suelen tramitar órdenes de expulsión. Y en Orriols concurre también la circunstancia de darse graves problemas de violencia de género, teniendo «el porcentaje más alto del distrito» en este sentido.

Geográficamente, los problemas más graves se sitúan en las calles Padre Viñas, San Juan Bosco, Daroca, San Juan de la Peña, Duque de Mandas, Avenida Constitución, Torrebaja y Agustín Lara, frecuentando, así mismo, los parques de la calle Santiago Rusiñol o el situado junto a la parroquia de San Jerónimo.

Las medidas

Hecho el diagnóstico, el informe propone una serie de medidas que han empezado a implementarse desde el día de ayer. Lo más inmediato ha sido subir de dos a cuatro el número de policías de barrio, que estarán coordinados por un oficial de apoyo. Su labor será mantener el contacto permanente con vecinos y comerciantes, vigilar los centros escolares, estar en contacto permanente con los servicios sociales, vigilar parques y jardines y detectar las ocupaciones ilegales para «proceder en tiempo y forma al desalojo preventivo eficaz de sus ocupantes, así como realizar las gestiones de localización de sus titulares».

Estos agentes de proximidad estarán, además, apoyados por una Unidad de Radio-patrulla y las unidades de Convivencia (UCO) de la tarde y la noche. Las de día vigilarán parques y jardines y otros puntos de concentración, y las de la noche estarán al menos entre las 22h y las 0,3h trabajando en la prevención de «conductas antisociales y tentativas de usurpación de inmuebles».

Los autores de plan consideran que este dispositivo debe durar al menos un año, tiempo mínimo que necesitan para «estabilizar la zona».

Para el concejal de Protección Ciudadana, Aarón Cano, «se trata de tener un diagnóstico claro y afrontarlo con humildad y con mucho esfuerzo», así como con la colaboración ciudadana, que es el otro elemento fundamental del plan. Aunque se trata de delitos no excesivamente graves, generan una gran sensación de inseguridad y «hay que trabajar también escuchando a todo el mundo» para revertir esa sensación.

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