Entrevista | Fernando Ezquerro Presidente de la DOCa Rioja

«Aun siendo tierra de tintos, somos la segunda D.O. que más vino blanco comercializa»

La DOCa Rioja ha emprendido una campaña de promoción para visibilizar el buen trabajo que vienen realizando sus bodegas durante la última década en lo referente a vinos blancos. La apuesta por variedades típicas de la zona como la Tempranillo Blanca, la Maturana Blanca o la Torrontés entre otras dotan de tipicidad a unos blancos que mantienen el perfil típico de La Rioja, con largas crianzas que buscan finura y elegancia en nariz y complejidad y volumen en boca.

Fernando Ezquerro, Presidente de la DOCa Rioja

Fernando Ezquerro, Presidente de la DOCa Rioja / Urban

Vicente Morcillo

Vicente Morcillo

Hasta ahora, cuando pensábamos en vinos de Rioja, irremediablemente pensábamos en tintos, en su inmensa mayoría hechos con uvas de Tempranillo y con reconocible presencia de las notas torrefactas y especiadas propias de la crianza en barrica de roble. Pero la DOCa Rioja es mucho más que tintos. Con una extensión de 66.000 hectáreas de viñedo, apenas un 10% corresponde a variedades blancas (principalmente de la variedad Viura), lo que no impide a las bodegas de esta denominación de origen estar posicionadas entre las regiones vinícolas que más vino blanco comercializan, con 28 millones de botellas en el último ejercicio. Ese dato unido al evidente cambio en las tendencias de consumo de vino (los tintos siguen a la baja mientras que los blancos crecen exponencialmente) han empujado al organismo regulador riojano a trabajar en el posicionamiento de Rioja como referente también en vinos blancos. Entre las acciones programadas por el colectivo destacan salones itinerantes como el organizado hace unos días en Valencia, donde decenas de bodegas han presentado a profesionales del sector la propuesta de vinos blancos de la DOCa Rioja.

Para apoyar esta iniciativa se desplazaron hasta Valencia el presidente del Consejo Regulador, Fernando Ezquerro; y el director técnico de la DOCa Rioja, Pablo Franco; quienes defienden la apuesta de Rioja por los vinos blancos como la continuación de un proyecto impulsado desde 2007. Con ellos hemos conversado sobre esta apuesta por los vinos blancos y la actualidad de una región vitivinícola con más de cien años de historia.

Señor Ezquerro, la Rioja es una zona eminentemente de vinos tintos, pero en Valencia han presentado sus elaboraciones en blancos. ¿Porqué?

Bueno, somos zona de tintos, pero curiosamente somos también la segunda denominación de origen que más vinos blancos vende después de Rueda. Esta es una apuesta por el dinamismo y la adaptación. Nosotros ya elaborábamos vinos blancos de guarda, pero pensamos que es momento de dar visibilidad a otros vinos de perfil más fresco y afrutado con algo de madera. Ya en 2007 se empieza a pensar en dar solidez y entidad al blanco de Rioja, pero no de cualquier manera. Apostamos por variedades minoritarias como la Garnacha Blanca, la Torrontés, la Maturana Blanca o la Tempranillo Blanca, una uva esta última que esta dando muy buenos resultados. A diferencia de otras zonas, aquí intentamos no buscar variedades foráneas. El 90% de nuestros vinos se elabora con variedades de uva nacionales perfectamente arraigadas a la zona. La clave, en cualquier caso, pasa por no perder la identidad de Rioja.

¿Que diferencia a estos blancos de los de otras zonas?

Nuestros blancos inciden en la complejidad, la finura y la elegancia, (Quien habla es Pablo Franco, director técnico de la DOCa Rioja) con una percepción aromática diferente a lo que estamos acostumbrados. La gran virtud de estos blancos se encuentra en boca, con propuestas de volumen, muy sápidos. El consumidor piensa que conoce bien la DOCa Rioja, porque sus tintos nos han acompañado desde siempre, pero la realidad es que hay muchas cosas que el amante del vino desconoce de Rioja. La influencia del Ebro sobre 144 municipios genera un nivel de paisaje brutal. Nuestro objetivo es dar a conocer un territorio y un estilo de vino fino y delicado.

La sostenibilidad es uno de los términos más empleadas en el mundo del vino durante los últimos años. ¿Cuál es el compromiso de la DOCa Rioja en este sentido?

La sostenibilidad hay que entenderla con las tres patas que tiene: económica, social y medioambiental. Podemos llegar a tener unos paisajes maravillosos sin habitantes dentro, por lo que todo este concepto pasa también por la rentabilidad. A nivel agrario nuestro viñedo es completamente sostenible, y las bodegas han adaptado sus instalaciones optando por energías renovables. Es muy importante que un territorio como el de Rioja trabaje parapreservar el entorno, pero siempre pensando en que nuestras gentes han de percibir un retorno económico acorde al trabajo que se realiza.

¿Cuanto ha presionado el Consejo Regulador para que el gobierno de La Rioja se plantee frenar la proliferación de molinos y placas solares?

Estamos muy preocupados con eso. La sostenibilidad no debe estar reñida con la preservación del paisaje. Se trabaja en generar valor con bodegas modélicas, pero es algo que necesita de un esfuerzo para que el paisaje no se estropee con este tipo de instalaciones. Se puede seguir creciendo en la generación de energías renovables sin necesidad de ‘contaminar’ el paisaje.

Rioja es también modelo de enoturismo. ¿Qué supone en términos económicos este sector para la DOCa Rioja?

La Denominación genera unos 1.500 millones de euros al año, de los que algo más del 10% los aporta el enoturismo. Contamos con varias rutas y son innumerables las actividades y propuestas que se plantean tanto en las bodegas como en los diferentes municipios que forman parte de nuestro territorio. Tenemos 204 bodegas abiertas todos los días del año para que la gente las visite y calculamos que este año superaremos los 800.000 visitantes, de los que el 30% corresponde a turistas extranjeros. El enoturismo genera riqueza en el mundo del vino, pero también en hostelería, comercio y otros sectores.

Pablo Franco, Director Técnico de la DOCa Rioja

Pablo Franco, Director Técnico de la DOCa Rioja / Urban

Crearon hace algunas campañas el distintivo ‘Parcelas Singulares’ con el objetivo de preservar el gran patrimonio de la región, sus viñedos más antiguos. ¿Ha entendido el consumidor este sello como de mayor calidad?

Pasa algo parecido que con el tema de la sostenibilidad (afirma Pablo Franco). Se trata de preservar nuestros viñedos más viejos, pero el propietario de la parcela tiene que tener un retorno económico. Los viñedos viejos son mucho menos productivos y las exigencias para lograr ese distintivo son muy altas, tanto en lo referente al cultivo y el proceso de elaboración como en las cualidades organolépticas del vino. El mercado apoya estos nuevos vinos y están teniendo una muy buena acogida tanto en el ámbito nacional como fuera de nuestras fronteras.

¿En qué situación se encuentran respecto al intento de algunas bodegas de Álava de crear su propia marca?

Es un tema que está ahora mismo paralizado y a la espera de una sentencia. No entendemos que el mismo viñedo, que el mismo producto pueda tener dos denominaciones de origen diferentes. Es algo que creemos que no tiene recorrido, pero habrá que ver que dicen los tribunales. Estamos muy tranquilos porque pensamos que ni los tribunales ni Bruselas van a aceptar que un mismo producto tenga dos denominaciones de origen distintas. Rioja quiere y cree en los viticultores y bodegas de Álava y nuestra normativa interna ya contempla en el etiquetado diferenciaciones respecto a zonas e incluso municipios concretos, siempre con la idea de que nadie piense que pierde identidad.