«No me esperaba salir tan pronto, pero cometí muchos errores. Me traicionaron los nervios». Es lo que asegura a Levante-EMV la última expulsada de MasterChef, la valenciana Reichel, que salió el pasado miércoles de la academia culinaria de RTVE de manera inesperada, ya que era una de las principales favoritas de la audiencia para ganar el concurso.

«Ha terminado para mí una etapa de aprendizaje. Me arrepiento de no haber estudiado más en los momentos de cansancio y desánimo», reconoce la exconcursante, quien ahora debe plantearse su futuro profesional fuera de la academia. Pablo es su concursante favorito para ganar MasterChef, así como David o Ángel, el friegaplatos valenciano.

«Me gustaría montar un restaurante de calidad donde no hiciera falta ir bien vestido para comer bien», afirma Reichel, quien se plantea iniciar este proyecto soñado en algunas de las localidades que forman parte de su trayectoria, como son Valencia, Alicante o Huesca.

Para esta agente forestal, su plato estrella durante el programa fue el de las carrilleras de rape, un guiso que le recordó a su familia.

«Me gustó mucho hacerlo porque estaba en un momento de bajón, ya que echaba de menos a mis amigos y a mi familia, y el plato me recordó en ese momento a mi padre», asegura la exconcursante.