El nombre es todo una declaración de posmodernidad.

Selfie tiene gancho, está de moda, es un nombre con mucho rollo. No tiene otra justificación más allá de que es fácil de tuitear.

Es también una imagen en la que aparece el mismo fotógrafo. ¿Afán de protagonismo?

Por supuesto, pero es que cualquiera que se dedica a salir en la tele tiene ese afán. Yo hago monólogos, he hecho lo de la paella „la campaña para incluirla como emoticono en Whatsapp„... Me gano la vida con ese afán de protagonismo.

El fondo son las entrevistas, ¿y la forma?

También habrá un monólogo inicial relacionado con el personaje en cuestión, si no directamente, sí de manera tangencial. Por ejemplo, si el programa es con Pedro Cavadas, el monólogo gira en torno a la solidaridad. Y luego ya vienen los 40 o 45 minutos de entrevista, pero yo no soy Ana Pastor, ni se trata de meter caña a los entrevistados. Son más reflexiones sobre su vida o lo que sugiera cada entrevista.

¿Sigue la estela de Risto?

El formato está de moda y él aporta el carisma de su personaje, pero en televisión está todo inventado. Para mí este es un reto y lo que aporto es mi personalidad. Escucho mucho a los entrevistados. También depende del personaje. Por ejemplo, si viene Carmen Alcayde sale una cosa muy divertida; con Cavadas queda algo más reflexivo.

¿A quién veremos desfilar ante usted?

Sobre todo pensamos en personajes de la sociedad valenciana: Los que te he dicho más Albelda, Tono Sanmartín, Nuria Roca... Y a ver, si por ejemplo pasa por aquí Woody Allen no vamos a renunciar a intentar entrevistarlo.

¿Políticos?

No es que estemos cerrados completamente pero no sé hasta que punto iría con el tono del programa. Yo creo que si tienes delante a un político tienes que clavar el colmillo, y no sé si este es el tipo de programa para eso. Quizás si incluimos el reportaje sí tendría sentido visitar a algún político.

Volvamos a usted. ¿Cómo se ve de entrevistador?

Esto es un reto para mí. Como te decía, creo que escucho mucho al personaje. Tengo una batería de preguntas y me sugieren temas po el pinganillo, pero voy dejando que la guíe el entrevistado. Si interesa el tema repregunto, si no, cambiamos a otra cosa. Me he dado cuenta de que soy mimético y empatizo mucho con el que está enfrente, me contagio de él. Me diluyo a menudo en las entrevistas pero es porque creo que el protagonista tiene que ser el entrevistado.

¿Hay humor en el programa?

No, humor no hay. Este es un género que estoy explorando. Es verdad que las entrevistas tienen una doble función y una es entretener, pero también tienen que resultar interesantes.

¿Algún entrevistado le ha pedido que suprima respuestas?

No, no, de momento no ha habido ninguna petición de censura.

Por cierto, ¿se lleva a los entrevistados a casa?

Qué va, mi casa no es un cortijo como la de Bertín. Yo tengo a mis dos hijos y a mi mujer allí, ¡imagínate como sería! Las nuestras serán en el estudio.