Pasapalabra no puede estar más interesante. El bote de este conocido concurso de Antena 3 supera ya con creces los 1,1 millones de euros y los duelos entre los dos concursantes, Óscar Díaz y Moisés Laguardia, son cada vez más épicos. 

El interés se mantiene durante todo el programa, pero es especialmente el Rosco, la prueba final, el que logra la mayor expectación porque es ahí donde se decide el ganador y donde los aspirantes tienen probabilidades de conseguir el ansiado premio final, que ya acumula más de un millón de euros. Y ahí es, precisamente, donde puede pasar de todo.

El último rosco de Pasapalabra

El último Pasapalabra dio buena muestra de esa tensión porque cualquier posibilidad estaba abierta, porque todo podía ocurrir. Y, de hecho, así fue para sorpresa de muchos.

El Rosco empezó de la mano de Moisés Laguardia, quien inició el juego con una tirada parca: de sólo un acierto. Luego Óscar Díaz tomó el relevo y, aunque sus intervenciones no fueron especialmente brillantes hasta el final, sí consiguió mantener una cierta regularidad. De tres en tres aciertos, el concursante de Madrid fue, poco a poco, completando el rosco con toda la prudencia del mundo.

Óscar Díaz, en Pasapalabra. A3

Al otro lado, Moisés estaba prácticamente en idéntica situación: tiradas cortas, algunas incluso con 0 palabras contestadas y con un máximo de cuatro aciertos consecutivos. Al llegar al final de la primera vuelta, el riojano tenía sólo 17 palabras en verde, aunque ningún error.

Su contrincante, Óscar apenas le sacaba ventaja. Sólo dos aciertos lo separaban de su rival al acabar la primera vuelta al rosco de Pasapalabra (19 aciertos) y ante sí tenía unas definiciones especialmente delicadas. Óscar Díaz optó por responder sólo a las que le ofrecían cierta seguridad y consiguió tres aciertos más. En total, 23 respuestas correctas. A continuación, se plantó y decidió ser prudente antes que arriesgarse a un posible fallo que pudiera enviarlo de nuevo a la Silla Azul.

La pelea por ganar

La presión estaba ahora en el otro concursante, Moisés, quien tenía que acertar varias definiciones para igualarse al madrileño y, por tanto, evitar también la criba de la prueba inicial del concurso, la que puede enviarlos directos a casa sin opciones de pelear por el bote de Pasapalabra.

Moisés Laguardia, en el rosco de Pasapalabra. A3

El de Rioja fue contestando poco a poco las letras que le faltaban hasta obtener un total de 21 aciertos. Sólo le faltaba uno para alcanzar el ansiado empate. "Con la M -preguntaba el presentador, Roberto Leal-, en heráldica, figura de pájaro que se representa en los escudos". Moisés dudó, pensó unos instantes y asumió el riesgo muy inseguro: "¿Mirlo?", preguntó. Silencio... "¡Nooooo!", le respondió Roberto Leal. "¿Ves? La he liado", comentó inmediatamente Moisés, sabedor de que había metido la pata. 

Luego, el concursante siguió intentando arañar un acierto más pero le fue del todo imposible y acabó tirando la toalla y asumiendo la derrota. En el próximo programa, tendrá que sentarse en la Silla Azul y pelear por seguir en Pasapalabra.