Al historiador francés Pierre Nora se le atribuye la descripción más ajustada de lo que es la Memoria Histórica. Se trata de un ejercicio consciente por encontrar el pasado, valorarlo y tratarlo con respeto. El episodio de la Guerra Civil en España todavía levanta ampollas pero si hay algo dentro de este concepto que gusta y crea curiosidad a partes iguales es todo aquello que aún nos queda de la contienda bélica. Si además es visitable, mucho mejor. Por eso, los municipios del interior han comenzado en los últimos años a poner en valor todo tipo de estructuras que aún quedan en pie y que un día se levantaron para defender el último bastión republicano de la península: València.

Cuevas refugio de la aldea de Osset, en Andilla ED

Más en concreto, Andilla fue un lugar estratégico donde dos líneas defensivas confluían: por un lado, la XYZ, la más exitosa de todas que contuvo a los nacionales. Por detrás, más hacia la capital, la Intermedia, que nunca llegó a ver el fuego cruzado porque antes el ejército cayó. Estas dos tienen un punto de encuentro en Andilla, en plena Serranía, y los últimos trabajos arqueológicos han descubierto un nuevo nudo de trincheras que pertenece a la línea Intermedia y que ya se puede visitar.

Vista general de Andilla desde las trincheras de Cavo de los Zorros ED

Se encuentra en el Cavo de los Zorros y puede conocerse próximamente en una excursión organizada por los impulsores del proyecto, Ricardo Cristal, Juanjo Ruiz y Sonia López Melón, arqueólogos que han hecho realidad el deseo del Ayuntamiento de Andilla: destapar un nuevo reclamo turístico e histórico.

Cartel explicativo de las trincheras del Cavo de los Zorros ED

La ruta tiene un total de seis kilómetros y comienza en la Pobleta de Andilla, junto a la estatua de San Sebastián, y se puede acceder siguiendo la pista forestal que conduce al Cerro Simón. Apenas tiene dificultad, y ahora los vestigios ya están señalizados. Sin embargo puede resultar confusa su ubicación ya que no se han llevado a cabo trabajos de excavación, solo de limpieza y desbroce del entorno ya que las estructuras se han conservado en buen estado gracias a la firmeza de la roca donde se excavaron. El paraje natural se conoce como Cavo de los Zorros, a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar y rodeadas de pinos, y se han documentado un tramo de 130 metros de trinchera, de entre 90 centímetros y un metro de ancho, donde se puede ver un tramo construido a cielo abierto, tres puestos avanzados para ametralladora ligera y dos refugios antiaéreos subterráneos, ambos con dos bocas, una de entrada y otra de salida.

Entradas y salidas del refugio antiaéreo del Cavo de los zorros ED

La técnica construida es la tradicional piedra en seco. Se puede recorrer parte de la primera trinchera, que servía de cordón por donde se movían los soldados. Desde ahí se accedía al primero de los refugios antiaéreos, de unos 9 metros de longitud y con forma de U. Está conectado con el primero de los puestos de tirador, que permite seguir por la trinchera hasta un nuevo puesto. A partir de aquí la trinchera se abre al cielo y está más elevada, con mejores vistas sobre el valle.

Hay constancia de que hubo soldados destinados aquí, pero nunca llegaron a abrir fuego porque el bando nacional nunca traspasó la línea anterior, la XYZ. Se han podido localizar gracias a las fuentes orales que todavía viven. Fueron ellas quienes comunicaron al consistorio la existencia de estas estructuras y se pusieron manos a la obra.

Las estructuras defensivas del Cavo de los Zorros no son las únicas que han perdurado en este municipio. De hecho, antes de consolidar éstas, ya existían dos rutas de gran calado entre los interesados en la Guerra Civil: las Cuevas-Refugio de Osset y la ruta bélico natural de Bardés.

Entrada y salida de los refugios antiaéreos del Cavo de los Zorros ED

Cuevas para refugio de soldados

En la aldea de Osset se encuentra una corta ruta con una parada más que interesante: las cuevas que sirvieron como albergues para los soldados, excavadas en 1938, cuando se fortificó el sector Andilla-Canales. La ruta comienza junto al monumento de entrada a la aldea. A la derecha sale una senda de 250 metros que lleva hasta un Mirador desde donde observar esta construcción picada en la propia roca, donde se ven las marchas de las herramientas sobre la pared así como elementos de los soldados, como clavos para volgar la ropa o estantes y espacios para las velas. Se puede concertar una visita guiada.

La otra ruta que suscita el interés de los visitantes es la que discurre por Bardés. Es más larga y exigente, con 12,7 kilómetros de extensión pero circular, y sale desde la Cruz de Andilla. Se recorre el camino de la Sierra y a través de todo el camino se irán apareciendo restos arqueológicos como tres parapetos, unas estructuras defensivas que dominan el barranco del Álamo y la trinchera de Potecas.

Trinchera a cielo abierto en el Cavo de los Zorros ED

Desde allí se asciende a la ermita de Santa Margarita y el camino continúa por el Collado de la Salada tras pasar el mirador de los Tarragoneses. Desde allí, se desciende por el Barranco del Resinero y tras pasar el área recreativa de la Fuente del Señor, se enlaza con el camino de vuelta a Andilla por el río.

Todas las estructuras que aún perviven en Andilla cumplieron con un papel estratégico durante la tercera fase de la Batalla de Levante. Fue un punto neurálgico de recepción y concentración de tropas.