El hummus, este peculiar puré o paté de garbanzos, se importó de Oriente Medio hace algunos años y ya se ha convertido en un habitual de la gastronomía. Goza además de una popularidad envidiable. Y es lógico. Es asequible; es sano, pues los ingredientes son absolutamente recomendables, y, lo más importante, está delicioso. Es una mezcla de garbanzos hervidos, zumo de limón, aceite de oliva, tahína (pasta de sésamo) y ajo, que en algunos casos estará, además, condimentada con comino o pimentón.

O sea, que suma a todos los beneficios de las legumbres, los del aceite de oliva, el calcio y las grasas poliinsaturadas del sésamo -el fruto seco más rico en calcio que existe- la cardiosalud del ajo. No se puede pedir más. Y por si fuera poco, tiene una elaboración que no requiere grandes maniobras culinarias y una digestibilidad mayor que la de cualquier preparación convencional de garbanzos. Así, no es raro que este plato, que no está tan alejado de la cocina española, haya triunfado lejos de sus latitudes habituales. Es una especialidad con grandes virtudes y pequeño precio.

- El hummus es ideal para cuidar la hipertensión, los niveles altos de colesterol y en general las enfermedades cardiovasculares.

- Para obtener un hummus todavía más suave y nutritivo se puede añadir un poco de yogur natural.

- Una forma sabrosa de tomar hummus es usarlo como relleno de lasaña o creps. También, como salsa para arroz blanco, ensaladas e incluso unas verduras hervidas

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