La tradicional casca valenciana, elaborada a partir de azúcar y almendras, gana espacio día a día al todopoderoso roscón, de origen francés, como el dulce preferido para el día de los Reyes Magos.

Según Joaquín Galán, propietario de la pastelería Galán de Albal y presidente del gremio de maestros pasteleros de Valencia,: "Cada vez hay más y más gente que compra casca el día 6". También hay cada vez más interesados en aprender cómo se elabora. "En los cursos que hacemos en el gremio, vienen muchos jóvenes que quieren aprender a realizarlo", afirma Galán.

La casca consiste en un tipo de mazapán de forma circular, relleno de yema, o de boniato confitado, que lleva una película blanca en la parte superior de un merengue especial. Una especialidad que lleva como ingredientes almendras, azúcar, yemas, yemas confitadas, canela y limón.

A pesar de que en Valencia "el roscón se apoderó de la casca" -como el maestro pastelero asegura- es muy sencillo encontrar donde hay que adquirirlos. Desde el gremio apuntan que basta con acercarse a cualquier "pastelería tradicional. No obstante, algunas de las muchas de la ciudad de Valencia en las que el cliente seguro podrá comprar uno de estos dulces son: la pastelería de Vicente Montaner, en el Barrio del Carmen; la de Vicente García , en Antic Regne; la de Rosa de Jericó, en Hernán Cortés; la de Dulces Vilmar, en Benimàmet; o la de Tahona del abuelo, en el Cabanyal".

En cambio, "es en la Ribera Alta donde la casca más se ha conservado", continúa Galán. Sin embargo, también es posible encontrarla en pastelerías como la de Dulces San Miguel de Torrent; Dulces Mateu, en Sueca; Rahona, en el Port de Sagunt; Toem, en Benetússer; o en la ya citada del propio Galán, en Albal.

Los escaparates se llenan de colores

Además de la casca valenciana, el roscón de reyes es otro de los dulces por excelencia que acompañan las comidas del día 6 de enero. El roscón, que no tuvo éxito en España hasta los años 60, es de origen francés y está elaborado con una masa dulce circular, como si de una corona se tratase, relleno de nata o trufa y decorado con fruta confitada. Según marca la tradición, en su interior se esconden diversas sorpresas. En concreto son una figurita -que quien la encuentre se coronará como rey de la mesa-, y un haba, que obliga a quien la muerda a pagar el roscón íntegramente. laia ramos valencia