La iglesia de Ciudad Fallera estrena un San José realizado en un taller

La parroquia aprovecha la fiesta del 1 de mayo, día grande del Gremio de Artistas Falleros, para bendecir una figura del patrón de los obreros surgido de la tecnología de Carrozas Sánchez

La imagen se estrena este miércoles

La imagen se estrena este miércoles / SJA

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

La fiesta del Gremio de Artistas Falleros lo es también la de la parroquia de la Ciudad Fallera, que cuando se construyó el barrio se consagró, como es fácil imaginar, a San José Artesano. Se trata de la segunda advocación que protagoniza el esposo de María -la primera, obviamente, es el 19 de marzo, el patrón de las Fallas-. En este caso, ensalza el carácter sagrado del trabajo. Lo institucionalizó Pío XII en 1955 y se señaló como fecha el 1 de mayo, en lo que cabría suponer que era una forma de darle vertiente sagrada a la fiesta tradicionalmente asociada al mundo obrero. Apenas trece años después, en 1968, se inauguraba el templo que da la bienvenida al complejo de naves de Benicalap. 

La imagen representa un San José relativamente joven

La imagen representa un San José relativamente joven / P. S. J. Artesano

El día grande de los artistas falleros empieza con una misa en la iglesia. La talla ha sido realizada en resinas sintéticas de alta durabilidad y pintado con rojos de terracota y ha sido realizado con pericia fallera: el responsable de la misma es Rafael Sánchez, miembro en tercera generación de uno de los talleres más perdurables de la Ciudad Fallera: Carrozas Sánchez. La escultura está basada en una creación de John Collier, que puede verse en el Hospital de San José en la ciudad de Saint Paul, en el estado de Minnesota.  

Alegoría a la inmigración

La imagen también quiere simbolizar una alegoría a los inmigrantes, lo que ambos fueron tras la huida a Egipto. La memoria de la obra la describe como un san José «que camina acompañado por Jesús, que ya ha alcanzado la edad de aprendiz: ambos llevan unos vestidos cortos, como era la costumbre en los trabajadores de aquellos tiempos. San José aparenta unos treinta años de edad y tiene el cabello y la barba recortados, no como en algunas imágenes donde se le representa anciano, para aludir a la virginidad de María, con largas cabelleras y vestiduras. José lleva en una mano un martillo y, con la derecha parece que va como indicándole el camino a Jesús, explicándole alguna cosa, mientras que el muchacho lleva tres grandes clavos y levanta levemente su mano derecha, como si le respondiera de forma razonada. Podemos preguntarnos ahora cuál es el mensaje que se quiere transmitir».

De carrozas a viseras sanitarias

La realización del mismo se ha llevado a cabo mediante procesos digitales que el taller de Sánchez ha incorporado como última generación. Rafa Sánchez llamó la atención en pandemia porque esa tecnología, surgida de una firma artesanal, fue de las primeras en reconvertirse para moldear viseras sanitarias para los trabajadores de los hospitales. 

El párroco Jesús Belda ha hecho un llamamiento para asistir a la bendición de la imagen, que será a las once de la mañana, antes de la misa mayor.