TRANSPORTE

La crisis del Mar Rojo sitúa al puerto de València como el más competitivo del Mediterráneo

El emplazamiento del Grao registra incrementos de costes un 50% inferiores que los puertos de Italia y Francia, según la Universidad de Amberes

Propeller reclama un puerto seco para gestionar el desvío de contenedores por el conflicto en Oriente Medio

Alfredo Soler, presidente de Propeller Valencia, en un momento de su intervención.

Alfredo Soler, presidente de Propeller Valencia, en un momento de su intervención. / Levante-EMV

José Luis Zaragozá

José Luis Zaragozá

La crisis del Mar Rojo dispara los costes del transporte marítimo en todos los puertos del Mediterráneo, aunque en algunos menos que en otros. Así, el conflicto bélico en Oriente Medio, que desvía los buques que navegan entre Asia y Europa hacia el cabo de Buena Esperanza, en lugar de transitar hacia el Canal de Suez, para evitar los ataques de los hutíes a los mercantes, convierte a Valenciaport en el hub de transbordo más competitivo del Mediterráneo. Así lo asegura un estudio elaborado por profesionales de la Universidad de Amberes a propuesta de la Asociación de Directivos y Empresarios Logísticos, Propeller Valencia. 

Este estudio refleja que los costes de los transbordos (contenedores que deja un buque y se lleva otro) para un buque de 24.000 TEU (unidad de contenedor de veinte pies o seis metros de longitud) en las dársenas valencianas suponen un ahorro de entre 400 y 1.000 euros. En el recinto del Grao, el incremento puede rondar entre los 50 y 60 euros por contenedor, cifra que asciende hasta los 120 ó 130 euros en el caso de los recintos italianos o franceses como La Spezia o Marsella, entre otros. De este modo, en Valenciaport dicho ratio representan la mitad.  Según un estudio, el transbordo por TEU es 400 euros más barato que Tánger Med.

Elaborado por los expertos Edwin Van Hassel, Thierry Vanelslander y Felipe Bedoya Maya, del departamento de Transporte y Economía Regional de la Universidad de Amberes, el informe parte de la base del desvío de las rutas interoceánicas que, obligadas a esquivar el Canal de Suez, realizan un rodeo por el Cabo de Buena Esperanza, pasando de 19 a 31 días.

En este contexto, en el que el Mar Mediterráneo cuenta con una sola vía de acceso marítima por el estrecho de Gibraltar, se ha alterado el atractivo de los puertos mediterráneos para las navieras que buscan optimizar sus escalas a través de recintos que sean competitivos como hub de transbordo. "La proximidad geográfica de Valencia al estrecho, así como la congestión que sufren otros puertos, ha posibilitado el posicionamiento privilegiado de Valencia como concentrador de carga para su posterior distribución al Mediterráneo oriental", aseguran estos expertos.

"El menor perjudicado"

Según Alfredo Soler, presidente de Propeller Valencia, la principal conclusión que puede extraerse del estudio es que pese a lo negativa que es para todos la situación que se vive en el Mar Rojo "desde el punto de vista social y económico, el puerto de Valencia es el menos perjudicado de esta coyuntura, situándose como la opción hub de transbordo más ventajosa del Mediterráneo, por delante incluso de Tánger", destaca Soler.

Directivos de Propeller València, en la sede de la CEV.

Directivos de Propeller València, en la sede de la CEV. / Levante-EMV

Uno de los mayores atractivos de Valencia para captar la carga de transbordo es que cuenta con un hinterland que otros puertos, como Tánger, no tienen lo que genera una “masa crítica que ayuda a rebajar los costes de import/export”, ha explicado Alfredo Soler. Además, desde el enclave valenciano “la distribución a otros puertos es más sencilla y las distancias son menores en comparación con Tánger”.

"El tráfico de transbordo en València ha crecido un 16% y se prevé que siga en esta línea"

En busca de un puerto seco

Según el presidente de Propeller Valencia, hasta febrero el tráfico de transbordo en Valencia ha crecido un 16% y se prevé que siga en esta línea, por lo que “ya estamos empezando a sufrir problemas de congestión en el puerto”. En ese sentido, Soler, ha instado a buscar soluciones “imaginativas y rápidas para poder ser capaces de gestionar esta situación que nos favorece y no dejarla pasar y perpetuarla en el tiempo”.

Es importante “ganar tiempo hasta que la terminal norte del puerto de València esté operativa para que estos nuevos flujos no se desvíen a otros puertos”. Así, por ejemplo, la opción de habilitar una zona interior (puerto seco) cercana al puerto con la que poder desahogar a las terminales y al puerto, sería una alternativa plausible.

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