Que Liam Neeson protagonice una historia, tan tremenda como la de Infierno blanco, después de su propio drama humano con la nieve es, cuanto menos, un tanto morboso.

Hace tres años, su mujer, la también actriz Natasha Richardson (hija de Vanessa Redgrave) tuvo un accidente en la nieve que le costó la vida en Montreal, y ahora, su viudo, revive en el mismo medio una tragedia que, lejos de parecerse, tiene una estética similar.

En la retina de muchos de nosotros queda esa imagen en la que Liam Neeson y Vanessa Redgrave pasean agarrados por el cementerio donde fue incinerada Natasha Richardson… pero la vida continúa y continúa con impresionantes películas como la que nos presenta el actor irlandés.

En Infierno blanco (The Grey), dirigida por Joe Carnahan, Liam Neeson asegura que ha "tenido intensos momentos de debilidad, sobre todo durante los primeros días. Pensaba que era imposible sobrevivir a eso, físicamente… porque el cerebro se te congela, y tienes que aprenderte tus frases, e interactuar con otros actores… pero todo se supera".

Sí, todo un ejemplo de superación…

En 'Infierno Blanco', el personaje de Liam Neeson es el líder de un indisciplinado grupo de trabajadores de una refinería cuyo avión se estrella en las remotas montañas de Alaska. Los supervivientes, expuestos a heridas mortales y un tiempo inclemente, disponen de pocos días para escapar de los gélidos elementos (y de una feroz manada de lobos cazadores) antes de que sea demasiado tarde.

«Es una película de supervivencia pura y dura», declara el director y coguionista Joe Carnahan, que ha conocido el éxito con Narc y Ases calientes. En 'Infierno Blanco', un grupo de hombres debe luchar por sobrevivir ante el frío extremo y la nieve, y ante una manada de lobos hambrientos que protegen su territorio. "Si te dan miedo los animales salvajes o viajar en avión, esta película te marcará durante mucho tiempo".

«'Infierno Blanco' despertaba algo muy primitivo en mi interior», afirma Neeson, que oyó hablar por primera vez del proyecto mientras efectuaba una ronda de entrevistas con Carnahan en Berlín para promocionar El equipo A, y posteriormente pidió al director más detalles sobre el proyecto durante una cena informal en Londres. Tras leer el guión, el actor se ofreció inmediatamente para el rol protagonista, aun sabiendo perfectamente que Carnahan, buscando el máximo realismo, querría rodar en exteriores alrededor de la zona subártica. "Cuando leí el guión tenía 57 años, y mi niño interior pensó que sería genial asumir un papel tan exigente», recuerda Neeson. "Quería que el público dijera "Hala, ¿cómo pueden hacer eso estos tíos?". Y al mismo tiempo, yo pensaba "¿Estaré a la altura físicamente?".

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