Mi lucha „explica Antonia San Juan„ es un conjunto de monólogos en la misma línea que vengo trabajando hasta ahora. Hay dos canciones y se habla un poco de todo. Primero hay un homenaje a la Agrado de Pedro Almodóvar [su personaje en la película Todo sobre mi madre], y luego, una declaración de intenciones, unas frases en las que explico para quién no actúo. Hay también una sátira sobre el chovinismo, los nacionalismos... Y también critico que todo el mundo quiera tener una ONG... Bueno, hablo del amor, o de lo que hemos entendido por amor, y hay momentos poéticos... Un paseo por lugares muy apetecibles. Y, en definitiva, Mi lucha es mi lucha por la cultura y el pensamiento.

La Agrado fue un éxito, pero también la encasilló un poco. ¿Recuerda con cariño ese personaje?

El encorsetamiento vino porque la gente se creyó que yo era la Agrado, pero yo solo puedo darle las gracias a ese personaje, porque me permitió tener una trayectoria internacional. Para mí fue oro, importantísimo. Lo recupero como homenaje a mi carrera, a mi encuentro con Pedro Almodóvar..., porque digamos que ahora, con 54 años, voy a vivir la segunda parte de mi vida.

En Mi lucha incluye textos suyos y de otros autores...

Sí, claro, hay textos míos, de Félix Sabroso, de Enrique Gallego, de Kopit, un diálogo de una película conocida... Y hay momentos de risa y momentos amargos, porque se habla de todo: de la soledad, de la familia, de los intereses humanos, de las relaciones... Pero no hay nada político.

Ha dicho que reivindica la cultura. ¿Ve usted la necesidad...?

(Ríe). ¡Bueno..., tal y como está todo...! Es un desastre. ¿Cultura? No hay. Somos un país de tradiciones, de fútbol y de religión, no preocupado por la cultura. Hay alguna gente que se preocupa, sí, pero este es un país que baila reggaeton, que hace apología del machismo yendo en contra de los malos tratos... Este país vive en una continua paradoja...

¿Quién es responsable?

La gente, los medios de comunicación, los gobiernos... La lectura brilla por su ausencia, la gente prefiere repetir las frases de las abuelas. Aquí hay mucha gente que tiene memoria, datos, pero tener datos no es ser culto.

¿Qué es la cultura?

La cultura tiene que ver con el pensamiento. Sobre todo, con el pensamiento libre. Con la manera de vivir, la manera de amar, la manera de leer un periódico, de ver una publicidad que sale en la televisión... Digamos que la cultura es como una herramienta que tienes para no hacer una lectura ingenua y populista de la realidad.

También está la hipocresía. ¿No es la gran diosa de esta sociedad?

Sí, claro, la doble moral. Se demuestra en mi espectáculo. Le hago una pregunta al público y nadie levanta la mano. Y no puedo decir más...

¿Tampoco puede señalar a esos para quienes no actúa?

Tampoco. Bueno, te diré solo una frase: No actúo para quien presume de que nunca ha leído un libro.

¿Hay gente que presume de eso?

¡Jo! Yo me muevo mucho en la calle y escucho... Sí, sí, aquí hay muchísma gente que se cree que lo sabe todo. Y te dicen que la cultura está en la calle, con toda la jeta. Imagínate que un señor se quema las pestañas un año, dos, cinco... para escribir una novela, y yo tengo el privilegio de tenerla en mis manos, todo ese saber que me puedo merendar en una noche, en dos, en cinco semanas... Pues mucha gente lo rechaza porque se cree que lo sabe todo. Hay mucho ignorante. En realidad, los padres de verdad de uno no son los biológicos, son todos los autores que has leído, los que te han permitido tener una mirada más humana y amable de la vida, los que te han hecho crecer interiormente para poder relacionarte con el exterior.

¿Tendrá alguna culpa de eso lo audiovisual y lo tecnológico orientado al espectáculo?

No creo. Yo estoy a favor de la tecnología, de la ciencia y del espectáculo. Lo que pasa es que en el siglo XX no hubo pensamiento, o así lo percibo yo. La gente sigue pensando en espíritus, en cultivarse interiormente..., en una serie de cosas que para mí son muy extrañas. Yo creo que el espíritu está fuera de uno: en el libro que escribes, en el cuadro que pintas... No entiendo eso de cultivar el espíritu, si no haces nada en la realidad. Porque, si lo espiritual es rezar, no entiendo nada, me resulta chocante.

A usted no le ocurre eso, tiene varias facetas artísticas...

No, yo te lo aclaro, porque si dices algo así, quedas como una especie de artista del Renacimiento y le caes mal a la gente. Yo soy una actriz, y luego, me entretengo pintando... Pero no lo pongas, que la gente te coge manía. Hay que decir que eres actriz y ya está. Y que no todo te va tan bien...

Pero sí va más o menos bien, ¿no? ¿Qué más proyectos hay por ahí?

No me puedo quejar. Esto hace nada que lo estrené y ya estoy pensando en el próximo espectáculo. También tengo escrito mi tercer largometraje. Estoy buscando financiación para ver si puedo rodar este verano. Es una comedia. Sin escaparme de mi tendencia a la crítica social, pero de un modo un poco esperpéntico, para que la gente ser ría.

En fin, ya sé que se lo preguntan siempre, pero... Mi lucha ha coincidido con la salida de nuevo a la luz alemana del Mein Kampf, de Hitler... ¿Le ha sentado mal la casualidad?

Exacto, Mi lucha, no Mein Kampf. No tiene nada que ver. Tú te llamas Antonio, de manera que si yo te digo Antuané, tú me responderás que ese no eres tú, ¿verdad? Pues lo mismo. Nada que ver.

¿Cuál es su lucha?

La que hemos dicho. Mi lucha por la cultura, por la lectura, por el pensamiento libre, contra lo que hace daño al individuo... Yo siempre tengo un punto reinvindicativo, no me gusta lo blanco, porque lo blanco va en contra del individuo. Cuando alguien me dice que le encanta reírse porque las cosas están muy mal, creo que es una estupidez. Yo creo que cuando alguien se sube a un escenario tiene el deber moral de darle algún pensamiento al público. Sin olvidar que aquello es un espectáculo, pero algo de provecho, aunque sea una frase, para que cuando salga del teatro diga: bueno, no estoy de acuerdo con lo que dijo, pero me ha hecho pensar. Todo risa, todo risa te convierte en un idiota.

Vienen los Premios Goya. ¿Favoritos, preferencias?

Me gustaría que se lo dieran a Penélope Cruz [actriz protagonista por ma ma] y Javier Cámara [actor de reparto por Truman].