Nacida en Madrid hace 49 años, Blanca fue cautivada por el teatro cuando contaba con 17 años. Ha triunfado en el cine de la mano de Almodóvar ("Volver", "Los abrazos rotos"), en el teatro con producciones como "La hija del aire" o "Hamelin" y en la televisión con la exitosa serie "7 vidas". Ahora dirige su propia obra titulada "La avería".

Blanca Portillo se ha metido a fondo en la figura de Concepción Arenal para dar vida a la emblemática abogada y escritora gallega en la película para televisión "La visitadora de cárceles". La acompañan la actriz Mabel Rivera (La Bella Otero y ganadora de un Goya a la Mejor Actriz de Reparto por Mar Adentro) en el papel de Juana de Vega y el actor Pere Arquillué (La Riera, Mar de Fons, Cazadores de hombres), que hará las veces de Garrido, el alcaide de la prisión de mujeres.

Con ellos participan Anna Casas (Pelotas), Diana Gómez (Barcelona, ciutat neutral), Oscar Rabadán (Bandolera, Clara Campoamor), Xosé Barato (El secreto de Puente Viejo), Luísa Merelas (Piratas, Matalobos), Isabel Naveira (Matalobos), Candela Fernández (Los cronocrímenes), Fermí Reixach (La Riera) y Juanma Lara (Carmina) entre un nutrido grupo de actores.

–¿Cómo se siente en la piel de esta emblemática gallega?

–Para mí está siendo un verdadero honor interpretar a un personaje como ella que es un modelo de mujer aunque no sea demas iado conocida para el gran público. Estoy tan encantada que cuando terminemos con el rodaje quiero ir al cementerio de Vigo para darle las gracias. Mi abuela también era viguesa así que aprovecharé también para hacerle un pequeño cariño.

–Concepción Arenal fue clave para la reforma del sistema penal que imperaba en España a mediados del siglo XIX y, como dice, realmente es una desconocida.

–Yo creo que ha influido el hecho de que era profundamente religiosa, por lo que el sector más liberal no la aceptaba bien y, por otra parte, era toda una pionera en los derechos de la mujer así que tampoco era muy querida en el sector más conservador. Lo mejor es cómo de esa forma tan silenciosa consiguió sentar las bases para la reforma del sistema penal en la que los reclusos tuvieran sus derechos.

–No era mujer de despacho, más bien trabajadora de campo.

–Sí ella era visitadora de cárceles de mujeres y quería mejorar su calidad de vida en un momento en que sufrían unas condiciones penosas. No era una teórica, se metió hasta dentro y se volcó en los presos. Quería averiguar qué hacía que una persona se convirtiera en delincuente y quería lograr también que tuvieran una vida una vez que eran libres.

–Es la primera vez que rueda en Galicia. ¿Cómo resulta la experiencia?.

–Está siendo una experiencia apasionante. Los lugares donde rodamos son hermosísimos y eso ayuda mucho a meterse en la historia: escuchar como habla la gente, ver los mismos paisajes que ella veía, sentir la humedad... Lo estoy disfrutando mucho.

–Usted, como Concepción, disfruta el trabajo de campo y lucha contra las irregulçaridades e injusticias. ¿Qué piensa de la experiencia como directora del Festival de Teatro de Mérida, puesto del que dimitió por las irregularidades económicas?

–Sin duda me identifico con ella en este aspecto pero con el tiempo una sacan buenas cosas incluso de estas experiencias dolorosas.Yo creo que en todo lo que hacemos tenemos que intentar aprender y ahora me doy cuenta de que en ese tiempo aprendí muchísimas cosas. Además, tengo la satisfacción de haber hecho las cosas como creía que debían hacerse.

–Actualmente, con un momento tan difícil que vive el teatro, dará mayor seguridad trabajar en una compañía nacional.

–Tampoco te creas que es la panacea. Sí es un privilegio pero no sabemos lo que va a pasar. Yo tengo también de gira mi propia compañía privada, con el montaje "La avería" de Dürrenmatt, y veo que este tipo de compañías pequeñas somos las que pasamos por una situación más difícil. Si las cosas siguen así, si montas un espectáculo y no lo puedes sacar a los teatros o cobras unas entradas con lo que no puedes ni cubrir los gastos estamos abocados a desaparecer o limitarnos a hacer monólogos.

–¿Hay solución?

–Confío en que los que nos dedicamos a esto nos unamos y encontremos fórmulas para evitar ahogarnos