Los vecinos de la Vall d´Uixó, especialmente los que están vinculados con el mundo de la música y más en concreto los que tienen o han tenido algo que ver con el Ateneu Musical Schola Cantorum, se sienten más orgullosos de lo normal estos días, porque uno de los suyos está viviendo una experiencia profesional de esas que se convierten en un logro colectivo. Se trata de Vicente Ortiz, un músico local criado en la Schola que tras diferentes colaboraciones en la orquestación de bandas sonoras de películas o series de televisión, se ha convertido en el autor de las composiciones que acompañan al último disparate del cine español: «Cuerpo de élite».

El mejor aval para cualquier profesional es su experiencia y la de Vicente Ortiz habla de éxitos, pero sobre todo de solvencia para hacer frente al reto de musicalizar íntegramente una película por primera vez. El encargo le llegó a finales de 2015 y como sucede en las mejores producciones de acción, lo hizo con una cuenta atrás bastante ajustada: tenía un mes y medio para entregar la BSO. «La presión en cuanto a fechas de entrega estimula la creatividad a niveles interesantes», asegura convencido de que «es en esos momentos en los que nace, echando manos de recursos y técnicas que se estudian y se aprenden».

Sin duda, los últimos 4 años desarrollando su actividad profesional en Los Ángeles bajo la dirección de otros compositores le han ayudado a agilizar todos esos recursos de los que habla, aunque hacerlo de manera acertada también dependen de su propia capacidad, la de un músico que el año pasado recibió uno de los premios Euterpe.

Pero Vicente Ortiz habla de su obra con modestia, a pesar de que el suyo es un logro que muchos compositores ansiarían para sí. En relación a cómo se ha fraguado este proyecto concreto, explica que tuvo mucho que ver otro vallero internacional, el productor Fernando Bovaira, que «me ofreció la oportunidad de hacer unas demos para la película, en plan de probar en escenas concretas que consideraban clave y a partir de ahí evaluar si iba a funcionar». Y tanto que funcionó.

Con la humildad propia de los grandes creadores, Vicente normaliza su tarea al señalar que «ha sido un proceso muy fácil, porque tanto el director como el equipo de producción tenían muy claro lo que querían, cuál tenía que ser el concepto y me lo transmitieron muy bien». Aunque es indudable que será su particular visión de la historia la que dotará de intensidad, dramatismo, emotividad o comicidad a cada escena concreta, porque como él mismo explica «la música está sincronizada con la filmación en todo momento para remarcar acciones y ayudar a la narración, aportando información que no tenemos solo con la imagen y el diálogo».

Desde el día en que se le planteó el reto hasta que lo plasmó en las partituras que interpretó la Orquesta de Extremadura, Vicente Ortiz se ha pasado una media de 14 o 15 horas diarias desarrollando la idea, y lo ha hecho en casa. Cuerpo de élite ha conseguido que durante el tiempo en que se centraba en la composición haya abandonado su residencia habitual de los últimos años en EEUU. «El trabajo se ha hecho íntegramente aquí, desde la producción me pidieron que estuviera lo más cerca posible, sobre todo porque era una situación marcada por la urgencia».

Pero no tardará en volver a Los Ángeles, varios proyectos en los que está implicado y que no puede desvelar de momento le requieren, dejando en su casa la expectativa de nuevos éxitos, como los cosechados en su participación en producciones como las películas Pancho y La vida inesperada, o en la serie Isabel.

Estos días está compartiendo la experiencia con los suyos de la mejor manera posible. Tras el estreno en Madrid la semana pasada, ha vuelto al cine varias veces acompañado de familiares y amigos para vivir con intensidad lo que solo una sala de proyección puede ofrecer. «La música se grabó en 5.1 y todos los cines modernos tienen este sistema envolvente preparado para que la suene de la mejor manera posible, mucho mejor que escucharla en casa con unos auriculares», asegura en una invitación clara para no perder la oportunidad de ver esta película con otros ojos o con otros oídos.