Dejó «MasterChef» en su fase final y cerca de la victoria. ¿Con que sensaciones?

La sensación es de orgullo de haber llegado hasta ahí teniendo en cuenta que 15.000 personas se habían presentado a los cástings. También es agridulce porque te quedas a las puertas y dices «estuve a punto», pero las sensaciones generales son buenas.

Al principio no estaba en las quinielas para llegar tan alto. El miembro del jurado, Jordi Cruz, destacaba siempre su progresión en el programa. Cuando vio el nivel que había al principio, ¿se esperaba ser semifinalista?

Los primeros programas no, porque había gente que cocinaba muy bien. Con el paso de los programas me fui dando cuenta que mi nivel no era tan diferente al de los demás. A mediados del programa sí llegué a pensar que podía llegar lejos e incluso ser tercera.

¿Por qué tercera?

Carlos y Sally tenían más nivel que yo cocinando. Creo que evolucioné más que ellos, porque ellos ya entraron cocinando bien. Había más diferencias con el resto.

¿Cuál de los dos es el que cree que debe ganar?

No lo sé, el que lo haga mejor en la prueba final. Sally tiene más experiencia en cocina y Carlos no tiene tanta experiencia, pero improvisa mejor, es más creativo y maneja mejor el factor sorpresa.

Su expulsión fue de las más frías del programa. Sorprendió que el jurado no dijese los motivos de su expulsión. ¿Le explicaron después los motivos?

No se me explicó en ningún momento. Se me dio a entender que yo no iba a aprovechar tanto el premio como otros concursantes. Para que no me colara en la final.

¿Tiene claroscuros su participación en el concurso?

Superé ocho eliminaciones de diez. Fui la única participante a la que echaron en una prueba de grupo, lo que es algo más subjetivo. De la expulsión tengo mal sabor de boca porque ese día no me lo esperaba. Estaba contenta con el trabajo, había buenas críticas, los comensales nos habían elegido y ese día me pilló totalmente por sorpresa.

¿Cree que el jurado fue exigente para pincharla porque sabía que por su carácter iba a decir lo que pensaba?

Sí, desde el principio se me exigía más no solo a nivel cocina, también a nivel tele. Eran conscientes que yo iba a contestar lo que me parecía sin que fuera políticamente correcto o no y eso a la televisión le daba juego.

¿Cómo describiría su relación con el jurado?

Fue peor de lo que me habría gustado. Desde el principio me entraron mal y yo tampoco estaba superreceptiva con ellos. No me gustaban las formas, que a veces rozaban la humillación. Pero no solo fue conmigo, lo veía con otros compañeros y no me gustaba. No quería dejarme humillar, no me gustaba que se valorasen otras cosas que no son la cocina.

Algunos la acusaban de falta de expresividad...

Estaba a la defensiva porque en el programa no era mi hábitat.