Cuatro concursantes para encontrar el amor en Adán y Eva. Lo que podría parecer un ecuación perfecta, dos para dos, se convirtió en un auténtico lío. El triángulo amoroso inicial formado por Raúl, Sandra y Rosa veía como se incorporaba un nuevo Adán a la isla: Miguel.

El andaluz derrochó desparpajo y salero desde el principio, pero los primeros roces comenzaron cuando se le ocurrió bromear sobre su compañero, afirmando que era su mayordono en la isla.

"Él toca la guitarra mientras yo me ligo a las dos", afirmaba con seguridad Miguel. Las citas dobles llegaron. Raúl intentó robar un beso a Rosa pero esta se lo negó, algo que provoó la ira de Sandra y sus celos: "No me ha hecho ninguna gracia".

Sandra no perdonó esta cita y comenzó a recriminar cosas a la malagueña: "Eres una sosa, no sé para qué has venido a esta isla". La tensión aumentó por momentos y finalmente Sandra decidió expulsar a Rosa para quedarse con sus dos Adanes.

Una decisión final en la que se decantó por Raúl para comenzar un historia fuera de la isla.