La periodista y presentadora de televisión Concha García Campoy ha reaparecido ante los medios para confirmar que "tiene un proyecto entre manos" que "previsiblemente" llegará en enero, pero del que aún quedan por concretar muchos detalles a excepción de uno: "No volveré al (horario) matinal".

Campoy ha acudido hoy a los madrileños Teatros del Canal en compañía de su pareja, el productor Andrés Vicente Gómez, para adquirir la primera localidad del proyecto que él mismo estrenará en ese centro cultural el próximo 5 de diciembre, un musical titulado "El último jinete".

La presentadora de Telecinco fue hospitalizada debido a una leucemia en las navidades de 2011, y en junio de este año fue sometida con éxito a un trasplante de médula.

Desde entonces su recuperación ha avanzado a pasos agigantados, y hoy ha aparecido con un aspecto muy saludable y con muchas energías.

"Tenía ganas de tener un proyecto entre manos. Previsiblemente, será en enero, pero todavía no hay nada fijo. Hay que darle a todo su tiempo", ha explicado en referencia a la evolución de su enfermedad, que de momento está siendo muy positiva.

De todos modos, la periodista perfiló un aspecto de ese futuro proyecto: "No volveré al (horario) matinal, porque levantarse a las tres de la mañana es muy duro".

Estos meses de lucha contra su enfermedad, le han permitido mirar la actualidad desde fuera. "He estado estudiando el periodismo y, aunque hay buena información, creo que hace falta más. Hay mucho entretenimiento, y está bien, pero la gente reclama cierta información", ha dicho.

"Hay un vacío, y los periodistas tenemos la oportunidad de llenarlo e informar de una manera radical, en el buen sentido de la palabra", ha sentenciado Campoy.

Un proceso informativo muy "interesante" y del que, ha dicho, ella quiere formar parte.

Además de este proceso analítico "estimulante", ha aprovechado y disfrutado mucho del tiempo libre, haciendo "cursos, planeando nuevos proyectos y teniendo curiosidad".

En cuanto a su enfermedad, ha confirmado que ha finalizado el tratamiento y que ya hace prácticamente "vida normal".

De su recuperación ha tenido buena culpa su "mentalidad luchadora", que incluso era capaz de contagiar "a los que tenía a su alrededor", y su firme intención de no tirar "nunca la toalla".

Sin embargo, Campoy ha reconocido que hubo "lágrimas" y "momentos duros" e incluso pensó en "la posibilidad de la muerte". Aunque eso sí, nunca tuvo "miedo".

Ella prefiere quedarse con la infinidad de "buenos e inimaginables momentos" que le ha dado este último año de enfermedad y recuperación, que tiene incluso anotados para en un futuro, quizá, escribirlos en un libro.