Vaya por delante: esto va en gustos. Puesta la tirita, inflijamos la herida: el humor de "Martes y Trece" ha envejecido mal. Decepcionante, sorprendente y realmente mal. Hubo un tiempo en que no terminaba ni empezaba un año sin el permiso de "Martes y Trece". Ellos oficiaban el rito de cambio de año con la complicidad, la admiración y la entrega de sus fieles devotos, que éramos todos. Pero volvemos a ver sus 'sketches' y ya no son lo que eran. Desde hace dos semanas, La 2 emite el sábado por la noche "Cómo nos reímos", un recopilatorio de los mejores momentos televisivos de las grandes figuras del humor. Qué bien: con la falta que nos hace un programa sobre la historia del humor patrio, esto es lo más parecido que hemos tenido hasta ahora. Dedicar la primera entrega a los geniales "Martes y Trece" era empezar por todo lo alto. Pero aquello se desinfló en seguida. Sus imitaciones no eran tan simpáticas, sus gags no eran tan hilarantes, sus otrora graciosos tics no generaban complicidad, sino hastío. ¿Han cambiado ellos o seré yo, Señor, seré yo? El "Cómo nos reímos" del pasado sábado se dedicó a "Faemino y Cansado" y estuvieron geniales. Como el primer día. Como siempre.

Da igual que fueran imágenes de "Cajón desastre" o de "El orgullo del Tercer Mundo". No importa que hayan pasado tantos años que cuando en aquellos tiempos Faemino le decía a Cansado: "¿Es usted psiquiatra, tío melenas?", sólo mentía al llamarlo psiquiatra. Una hora ininterrumpida en la que seguían inmensos explicando lo bien pensado que está el avión ("Me quiero sentar en el 24-H". "No, señor, que esto es un avión, no es una anarquía") y las atribulaciones del comedor de cordero o del insomne que durante el día no puede dormir excepto a la hora de la siesta. Entonces, ¿qué pasa con "Martes y Trece"?, ¿seré yo, Señor, seré yo, y deben, por tanto, meterme en el calabozo de "Cómo nos reímos" por decir que han envejecido mal? -Qué va, qué va, qué va...