Vale, con humor, la ciencia entra. Es la teoría de Órbita Laika, que ahora emite La 2 los miércoles por la noche, cambio de día que molestó a su presentador, Ángel Martín, que dejó constancia de su malestar donde hoy se dicen las cosas, en su cuenta de Twitter.

El programa se presenta con esquema de magacín. Arranca como podría arrancar cualquier espacio de variedades nocturno, es decir, con la cámara sobrevolando el plató con el público debajo, que a la orden del regidor empieza a aplaudir para recibir a la estrella, a su presentador, a Ángel Martín, que aparece con un vaso en la mano, el famoso vaso que popularizó Pepe Navarro, copiado a su vez de las grandes estrellas de la televisión norteamericana, el vaso de Andréu Buenafuente, el vaso matinal de Antonio García Ferreras.

¿Qué viene después de eso? No hace falta ser un experto en tele para saberlo. En efecto, el monólogo. Es decir, ante el público, de pie, frente al autocue con el guión, el presentador dice sus gags, chistes del tipo, hola, buenas noches, bienvenidos al fenómeno, al fenómeno televisivo más inexplicable de los últimos tiempos, es un programa de ciencia, por la noche, y en La 2, no suena a exitazo así a primera vista, y en efecto, no lo es, pero sabéis qué, que a nadie le importa un carajo, eso es, muchas gracias.

Y la gente, de nuevo atendiendo la orden del regidor, aplaude mientras el presentador se dirige a su mesa, el otro elemento, junto con el sofá de los invitados, que componen el atrezo fundamental del programa. ¿Hay magacín sin colaboradores? No. Así que Órbita Laika también los tiene, y en la misma onda, de humor. Y son muy, muy buenos.