Érase una vez ha sido el mejor estreno de la temporada televisiva estadounidense. Con sólo unos capítulos emitidos, ha captado a una legión de seguidores entre los que se cuentan algunos de los críticos más recalcitrantes, que valoran su originalidad al poner al día los más populares cuentos de hadas.

Su protagonista es una joven de carácter, de 28 años, que recibe la visita inesperada de un chavalín que lleva a todas partes un libro de relatos infantiles. Le explica que ella es su madre biológica, y que ambos son, en realidad, personajes de cuentos a los que una perversa bruja ha borrado la mente y ha instalado en el mundo real, para que vivan existencias de lo más anodinas, robándoles así sus finales felices. A ellos y a todos los demás, desde el Príncipe Encantador hasta Pepito Grillo, haciéndoles convivir, sin saber de dónde proceden realmente, en un pueblecito llamado Storybrooke donde todavía quedan restos de aquella magia que iluminó sus vidas.

El audaz concepto, la elegancia de la puesta en escena y los excelentes libretos firmados por dos de los ex guionistas de Perdidos -Edward Kitsis y Adam Horowitz-, hacen de ella un producto imprescindible. Encabezan el cartel Ginnifer Goodwin, de la serie Big Love, una maestra que no recuerda su pasado como Blancanieves, y Jennifer Morrison, la doctora Cameron de House, convertida en la heroína que ha de devolver a los personajes su pasado como tales.

Más información en