Quince días han bastado para que los almendros vistan su camisa verde. Las gemas de las higueras han estallado, pero no se han movido ni las viñas ni los plátanos , algunos monumentales, de la plaza de los Árboles de Macastre. En el bar de la Cooperativa (aparcamiento para ciclistas) el cortado cuesta veinte céntimos menos que en cualquier otro local de mi barrio. Es más barato vivir en un pueblo, y algunos toman esta opción en conciencia o por obligación, por huida o en caso de divorcio. Por vaya usted a saber. Alborache y Macastre tienen una corona de adosados y chalets nuevos y viejos. Y algo de industria del metal y de los tochos. Algunos chalets viejos son muy hermosos; los nuevos son productos seriados de la industria de la diferenciación, que hay que ver cómo está consiguiendo igualarnos.

Pendiente y llano

Alborache retrepa sobre una colina con calles en arco, en escuadra o sin salida y con repechos bravos. Macastre es más llana, salvo el barrio de (lo que queda del) Castillo, su núcleo primitivo. Alborache vota derecha; Macastre, izquierda (dentro de lo que cabe). En las dos he visto, más en Alborache, el papel crucial de las fuentes, la enrevesada orografía, los barrancos que cuartean el territorio y complican las comunicaciones. Macastre parece tener un comercio más dinámico de pequeñas tiendas en activo. En Alborache hay un súper a las afueras, los gatos holgazanean al sol y un señor con carrito a motor busca una tienda y no sé qué decirle, hornos sí hay. El viejo cine Capitol, mustio y con cierre metálico de garaje o almacén. Pero los niños del colegio público Miguel Servet pintan de risas el patio de la escuela. Es bueno ir a un sitio en miércoles laborable y mercurial.

Circunvalo una finca de Macastre rodeada por un grueso muro con almenas: sólo puedo ver los pinos más altos y, enfrente, los limones que centellean amarillos.

La iglesia de Alborache, tan bonita y atusada como la de Macastre, está dedicada a nuestro señor Santiago, tal vez, el Matamoros, pues no sé si la dedicación existió antes o después de la expulsión de los moriscos, el trauma de estos territorios, tanto mayor cuanto más nos acercamos a la almendra del Júcar y el Cabriel, a sus inmensas muelas. La marquesa de Buñol concedió a los nuevos pobladores de mejor familia o ejecutoria beneficios o solares, o ambas cosas, para levantar casas muy bonitas que, en algún caso, siguen en pie. Reformas en la fuente del Bolot, Macastre. Áridos y gravas.

Hago bromas con los ciclistas en la Fuente de la Agricultura, Alborache, no lejos del Sitio del Milagro y de la casa del prodigio, donde vivía el niño al que la Virgen salvó de morir ahogado, según la tradición. Hay carteles indicativos de la ruta euforizante que te lleva al Valle Feliz, no todo van a ser lágrimas.

€Comer

Restaurante la mengana

Macastre. Un intersante local con carnes a la brasa y también platos más modernos. Menús. Entre 15 y 35 euros. Carta de vinos de cierta amplitud. Teléfono 615 695 057.

€ Dormir

Hotel rural molino galán

Alborache. Emplazado en un lugar delicioso, con todas las comodidades, servicios de ocio y seis apartamentos independientes. 25 euros por persona y noche. Admite animales. Teléfono 669 782 547.