Toni Arráez ha escrito durante los últimos quince años uno de los relatos más sólidos y creíbles alrededor del vino. Con un lenguaje algo irreverente y una imagen canalla y transgresora, los vinos de Bodegas Arráez se han consolidado como valor al alza, capaces de abrirse puertas entre perfiles de consumidores ajenos hasta ahora al mundo del vino y lo suficientemente buenos como para convencer a aquellos consumidores más habituados a disfrutar del vino.

Bajo la dirección de Toni (tercera generación de esta saga de vinateros valencianos), la bodega ha creado etiquetas como Mala Vida, Bala Perdida, Vivir sin Dormir, Vividor o Cava Sutra, además de elaborar vinos como los de la colección ‘Los Arráez’ que ponen en valor variedades de uva autóctonas de la zona.

Exterior de Bodegas Arráez. ED

Aunque Arráez ya había desarrollado un interesante proyecto enoturístico en sus antiguas instalaciones, ubicadas dentro del casco urbano de La Font de la Figuera, no fue hasta 2020 cuando comenzaron a construir su particular concepto del enoturismo en su nueva bodega, alzada en el paraje de Císcar, en Terres dels Alforins. 

Experiencias de enoturismo

En la actualidad, en su nueva bodega Arráez plantea la visita ‘Sibarita’, que tiene una duración aproximada de una hora y media, aunque suele prolongarse más, sobre todo una vez que los visitantes llegan a la parte final en la sala de cata y la terraza con piscina y se disponen a disfrutar de sus vinos. La aventura comienza revisando el exterior de las nuevas instalaciones, donde el equipo de la bodega explica sus particularidades arquitectónicas, cuyo entramado simula desde el cielo la figura de una botella. 

Las fachadas son del mismo color de la tierra que la rodea, integrándose al paisaje como un camaleón. Una vez dentro de bodega, el recorrido se inicia en la zona de recepción de la uva, donde se explican los procesos de selección de racimos y uvas. De ahí, el visitante atraviesa la zona de depósitos, un espacio interior de iluminación natural en el que los depósitos de vinificación han sido decorados con obras hechas por el artista valenciano Eduardo Bermejo.

El siguiente punto de la visita se encuentra a tres metros bajo tierra, en un espacio diáfano, de luz tenue y temperatura y humedad constante donde descansan los vinos más expresivos, aquellos que reflejan no sólo las cualidades del terruño y la zona, sino también las características de algunas de las variedades de uva autóctonas con las que trabaja Toni Arráez y su equipo de enólogos para producir sus vinos más personales. 

Tras visitar la planta de embotellado, el recorrido finaliza en la sala de catas y la terraza anexa, donde los visitantes tienen la oportunidad de catar tres vinos de la bodega acompañados por una selección de embutidos locales mientras se disfruta de la música ambiental y las vistas que ofrece un espacio pensado para que los visitantes puedan degustar con toda comodidad los vinos de una de las bodegas que más y mejor ha evolucionado en los últimos años, consolidando un proyecto accesible para todo aquel que quiera disfrutar el mundo del vino sin complejos.

Así puedes hacer tu propio vino

Bodegas Arráez también plantea dentro de su proyecto de enoturismo experiencias personalizadas como la posibilidad de hacer tu propio vino o contemplar los paisajes de viñedos de Terres dels Alforins desde las alturas subidos a un globo aerostático. Se trata de actividades pensadas para disfrutar en grupos reducidos y disfrutar de una jornada inolvidable que, en cualquiera de los casos, culmina con una cata maridada con los mejores vinos que elabora Toni Arráez y su equipo.

Terraza con piscina de Bodegas Arráez. ED

Más allá de los packs de experiencias que se ofrecen a lo largo del año, Bodegas Arráez se convierte también en escenario de conciertos y sala de exposiciones, dando así su apoyo a jóvenes artistas y creativos emergentes. Sus instalaciones sirven como base de operaciones para algunas de las actividades que se programan con motivo del festival Nomade, una de las iniciativas culturales más interesantes del interior de la Comunitat Valenciana.

Para poder formalizar las reservas de cualquiera de estas experiencias enoturísticas la bodega cuenta con una página web en la que se desglosa al detalle todo lo que proponen para estas para próximas semanas permitiendo la posibilidad de confirmar reservas de plazas y solicitar presupuesto para las experiencias más personalizadas. En todos los casos, la visita a Bodegas Arráez finaliza con el regalo de una botella de vino y una copa personalizada para que el recuerdo de estas actividades perdure más si cabe en el tiempo.