Óscar Díaz, concursante de Pasapalabra desde hace meses, estaba viviendo una cruel racha que lo llevaba a sentarse a menudo en la silla azul. Ahora, todo eso ha acabado.

Fue el propio concursante quien reconoció que no estaba atravesando su mejor momento en el concurso de televisión que se emite en Antena 3 y que, en los últimos tiempos, visitaba muy a menudo la silla azul, la prueba que puede dejar en la calle a cada concursante que se enfrenta a ella. Pero la sorpresa aún estaba por llegar.

El rosco de Pasapalabra

Óscar consiguió superar la silla azul y regresó una vez más a su lugar en el concurso, dispuesto a afrontar el resto de pruebas que lo llevasen hacia el rosco con el mayor tiempo posible.

Se desempeñó a fondo en esa tarea y ganó. De hecho, comenzó el rosco con una fuerza casi casi imparable al anotarse seis aciertos consecutivos.

Su rival, Moisés Domínguez, hizo todo lo contrario: su estreno en el rosco fue desastroso y, en su primera jugada, tuvo que pedir cambio de turno porque no estaba seguro de cuál era la respuesta correcta. Sin embargo, el susto estaba a punto de producirse.

Cuando las preguntas volvieron al atril de Óscar, éste aún consiguió otros tres aciertos para avanzar en un rosco que lo acercaba al bote de Pasapalabra, que ya acumula casi 1,8 millones de euros.

Era de nuevo el turno de Moises. Nadie se lo podía creer porque el concursante es extremadamente prudente, pero lo cierto es que al poco de comenzar su rosco, ya había cometido el primer fallo. Fue en la letra D y con su error ofrecía a su rival una ventaja impagable.

Esa respueta errónea sacó por completo a Moisés de Pasapalabra, puesto que a partir de ese momento empezó a jugar turnos de apenas dos aciertos o incluso ninguno. Tan sólo protagonizó un momento especialmente brillante hacia el final del rosco, cuando obtuvo siete aciertos del tirón.

El rosco de Pasapalabra: Moisés y Óscar, en la última prueba del concurso. A3

Mientras, su contrincante, Óscar, seguía caminando con paso firme hacia el rosco de Pasapalabra para desesperación de Moisés. El madrileño cerró la primera vuelta con 20 respuestas correctas y seis aciertos conseguidos en una sola jugada, y Moisés apenas lograba intentar llegar a volver a escuchar las definiciones del rosco.

Sin embargo, lo consiguió y se enfrentó a la segunda vuelta con 21 aciertos y un reto: lograr uno más porque, pese a estar empatado con Óscar, su error en la letra D lo condenaba a tener que sentarse en la silla azul y jugarse su permanencia en Pasapalabra.

Y esas prisas y esa ansiedad, al final acabaron por pasarle factura. Moisés no sólo no consiguió remontar, sino que continuó fallando hasta el punto de acumular un total de tres errores que lo dejaban automáticamente fuera del concurso.

Óscar Díaz, por su parte, rompía la racha de mala suerte y peores resultados y se embolsaba una victoria que le supo a gloria y que le garantiza su continuidad en Pasapalabra.