Emili Piera

Alguien trata de conseguir un vino con esas uvas, pero no le gustó la materia prima de esta temporada. Un mes después, volví con la lluvia y entonces destacaba el verde cabal, la hidalga seriedad del olivo, la especie dominante en su paisaje agrícola. Ahora deben de andar los mismos olivos garrapiñados de florecillas minúsculas. Alfafara dio nombre a una variedad de oliva (la alfafarenca) y recibió el suyo del mismo vocablo árabe que en castellano dio ´alfaguara´, fuente grande, tal vez la de la Penya del Xorro.

La verdad es que buscábamos el restaurante Casa el Tío David, pero antes nos acercamos al pueblo y en ese momento, por algún ignorado jolgorio, tocaba en el recodo de una calle una charanga. Interpretaba, con mucha desenvoltura, el tema principal de Bienvenido míster Marshall, aunque Alfafara no es Villar del Río (o del Campo), sino más rica y moderna (textil y servicios) y desde que cambió el siglo gana población, tras una larga y fina hemorragia.

La primera vez que estuvimos en Alfafara nos llamó la atención que aún colgaran, echados a perder, los racimos de algunas viñas.

Un par de ingleses siguen el fútbol en la tele del bar. Buena iglesia, casas sólidas y un pasadizo tan estrecho para acceder al lavadero, que no me imagino por ese conducto a una parroquiana de contornos generosos.

Cuevas ilustres y cereales

No es difícil llegar a Alfafara: después de dejar Ontinyent a la derecha, camino de Villena, se pasa una zona devastada por los incendios. Dos quilómetros antes de Bocairent, sale a la izquierda la V-700, que lleva a Alfafara: yacimientos prehistóricos, poblado ibérico, puente medieval, neveros y, en la Cova de les Finestres, los depósitos para grano de tipo bereber excavados en una pared vertical, hay indicaciones a la entrada y la salida del pueblo.

Pero nosotros tomamos el camino más mundano que lleva a la ermita de Sant Antoni i la Mare de Déu de la Llum (aunque también aceptan el patronazgo de Santa Cecilia, la Divina Aurora y San Roque). Es un ermitorio del XVIII y tiene a la vista un romántico caserón que se arruina sin prisas en medio de un pinar chamuscado. Como se hunden a cámara lenta los corrales que vamos descubriendo mientras tenemos a la vista la vía muerta del ferrocarril de Cieza. La vertiente opuesta aparece achicharrada por otro incendio. Fuegos forestales intencionados, volumen segundo.

La hiedra escala con gusto estas paredes de piedra. Desde lo alto de la colina diviso una plantación de pinos. Decidimos perdernos allí, donde crecen vigorosamente los árboles, agradecidos a la feracidad de este suelo agrícola: hay bastantes ejemplares gigantescos de pino en este término, aquí los barrancos llevan agua.

En la radio del coche oigo a Miguel Ríos cantando Vuelvo a Granada y me encomienda una nostalgia que no me pertenece ¿O sí? ?

• Dormir

Albergue rural

Font del Tarragó

Albergue rural restaurado en una buena zona de ocio de Alfafara. Baños completos, barbacoa y actividades culturales y deportivas. Teléfono 965 21 02 29.

En Agres

Pensión Mariola

Pensión sobria, casas rurales y estudios muy completos en la vecina Agres, a pocos quilómetros. Teléfono 965 51 00 17.

•Comer

Restaurantes

Casa el Tío David

Sorpresa en Alfafara: cocina actual con guiños a la tradición. El jefe de sala es un diccionario de los saberes gastronómicos de la comarca. Muy caro (70/ 80 euros por cabeza), pero interesante. Teléfono 965 51 01 42.

En Bocairent

El cancell

En el vecino Bocairent. Cocina tradicional solvente. Antonio Vergara recomienda su gazpacho con pebrella, caracoles y robellones. 25/35 euros.

Teléfono 962 355 038.