Las leguminosas son un alimento milenario que tradicionalmente, al menos en España, se ha servido con guisos de notable aporte calórico. Sin embargo, por sí solas, su contenido en este aspecto es similar al de la pasta, mientras que el nutricional es elevadísimo. En los últimos años, las ensaladas de legumbres han modernizado su imagen y han demostrado que tanto en frío como en caliente combinan con verduras, hortalizas o cualquier otro alimento y son un plato sano y ligero. Son, por ello, opción frecuente en los táper, cada vez más extendidos en el almuerzo laboral.

Las combinaciones son infinitas: 100 g de legumbres hervidas no superan las 110 kcal y contienen proteínas vegetales, potasio, grasas poliinsaturadas, abundante fibra, magnesio y hierro. Además, son perfectas para las personas con diabetes, dolencias cardiovasculares o hipertensión. Y su precio es muy asequible.

- Una opción para enriquecer la ensalada sin añadir carne ni pescado es combinar legumbres con cereales, pues tienen las proteínas complementarias. Lentejas con arroz, por ejemplo.

- Las legumbres no son digestivas , aunque sea como ensalada. Por ello se aconseja tomarlas lentamente y masticando bien.

-Su dosis de calcio es notable, por lo que son idóneas para las personas con necesidades elevadas de este mineral que no tomen lácteos.

-La soja hervida es la legumbre con mayor aporte proteico.

Una deliciosa propuesta: ensalada de lentejas con cebolla picada, tomate y tiritas de salmón ahumado.

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