El revoltillo de ajos tiernos es tan sencillo como una tortilla, pero mucho más sustancioso. El huevo casa bien con los ajos tiernos, y el resultado es un plato con sabor y grandes ventajas nutricionales. La primera es que puede ejercer perfectamente de segundo plato porque, aunque se crea lo contrario, el huevo conlleva proteínas de la mayor calidad. La segunda es que el ajo tierno, de la familia de las aliáceas, como la cebolla o el puerro, es un compendio de propiedades. Desde antiséptico hasta favorecedor de la digestión, anticancerígeno, hipotensor o depurativo.

Es decir, un alimento-medicamento que va de maravilla. De hecho, tiene una composición muy similar a la del ajo, sólo que con más agua y, por tanto, menos densidad de sustancias y nutrientes. De ahí que su sabor sea mucho más suave. Esto sí, para aprovechar todas las propiedades de este plato es recomendable que el huevo no esté demasiado crudo, porque del huevo cocido se aprovechan muchísimo más sus nutrientes. En fin, un plato ligero, asequible y recomendable.

- Una manera de suavizar el sabor de este plato es combinar los ajos tiernos con espárragos trigueros.

- Para aligerar el revoltillo se puede asar previamente los ajos tiernos en el horno.

- El mejor postre después de un revoltillo es un plato que contenga fruta fresca o un zumo de naranja natural.

- Añadir un poco de leche al revoltillo le da una textura más cremosa y un plus de proteínas.

- El perejil picado combina bien con los ajos y aporta vitaminas y minerales.

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