¿Quién no ha soñado con ser el elegido? Todos los que ayer se presentaron al casting de MasterChef en Valencia han imaginado lo bien que quedaría su nombre coronando esa frase. Y para conseguirlo, primero tienen que captar la atención del jurado con su personalidad. Y con su receta, por supuesto.

El casting de MasterChef dio comienzo ayer en Valencia para buscar entre los candidatos preseleccionados a los futuros concursantes. Más de 18.000 personas han enviado ya sus vídeos y sus recetas al programa —entre 2.000 y 3.000 en la Comunitat Valenciana, de los que seleccionaron a 160 divididos en dos días—, aunque de los 18.000 sólo serán 15 los que vean su sueño de alzarse como ganador del programa un paso más cerca.

El programa culinario llega avalado por los casi cuatro millones de espectadores que fueron testigos de la victoria de Carlos durante la tercera edición del definido como «el ‘talent show’ más duro del mundo». Ahora toca volver a recorrer todo el país con el mismo objetivo: encontrar al mejor cocinero amateur.

«Los concursantes traen sus recetas ya cocinadas y tienen 20 minutos para emplatar. Luego el equipo de profesionales de ‘MasterChef’ cata el plato, lo comenta con el aspirante y lo valora», describe Esther González, directora de casting de MasterChef. Pero no sólo importa el sabor de cada plato, también quieren saber quién hay detrás de la receta. «Queremos que nos sorprendan. Se trata de diagnosticar el talento, no de que sepan más que nadie porque entonces buscaríamos entre cocineros o entre estudiantes de último curso de cocina. Queremos a gente que tenga pasión, afición y ese don que no sabemos muy bien cómo es pero que debemos encontrar», explica González. «Además, buscamos personalidades diversas porque al mismo tiempo es un programa de televisión y tenemos que hacerlo atractivo», puntualiza.

Asimismo, sorprende la variedad de perfiles que se presentan a las pruebas: desde los 18 años hasta más de 80 y con profesiones muy diversas. Además, los aspirantes contaron con la compañía y el apoyo de María Querol (3ª edición de MasterChef Junior), Manuel (ganador de la 2ª edición de MasterChef Junior), Mila, Pablo y Fidel (3ª edición MasterChef) y de Maribel y José David (1ª edición).

3,2,1... ¡A emplatar!

Durante veinte minutos se hizo el silencio. Tras el aviso «poneos los gorros» y al grito de «3,2,1... ¡A emplatar!» los aspirantes dejaron de lado los nervios para concentrarse en su plato. A partir de ese momento sólo se escuchaban bolsas de plástico que guardaban las delicias que luego probaría el jurado. También le acompañaba el ruido de los cubiertos y los platos, tuppers abriéndose y, por supuesto, una intensa e indescriptible mezcla de olores.

¿Escuchará alguno de estos aspirantes su nombre tras la frase que titula este artículo?