Su nombre real es fideuá y se consume en gran parte de la costa mediterránea española. Se trata de un plato muy similar a la paella. En algunas latitudes es especialmente popular la fideuá que se sirve prácticamente sin pescado: sólo fideo y mucho sabor. Sea como sea, si está bien elaborada, la fideuá es un plato absolutamente compatible con una dieta equilibrada. La pasta, el pescado y el sofrito de cebolla, tomate y ajo son ingredientes aptos para todos.

Incluso el alioli, el aderezo que suele acompañarla, es una salsa recomendable. Ajo y aceite, no hay mejor combinación para las arterias. Si es una fideuá con pescado, resulta un perfecto plato único que sólo necesita una ensalada como complemento. Como la paella.

Lo único que hay que vigilar es la cantidad de sal, la calidad del pescado y que el sofrito esté preparado con aceite de oliva de calidad. Y, por supuesto, que la ración sea moderada. El hecho de que contenga ingredientes sanísimos no quiere decir que la cantidad no importe.

- Para que la fideuá resulte perfecta, es imprescindible sustituir el agua de cocción por un buen caldo elaborado con pescado fresco.

- Puede incluir calamares, sepia..., lo importante es que el pescado sea de calidad. Unas gambas frescas, por ejemplo, hacen maravillas, y un chorrito de vino en el sofrito, también.

- Puede prepararse con fideos muy delgados. Hay que recordar que cuanto más al dente estén, más saciante será el plato, aunque también menos sabor a pescado tendrán.

- Para que sea más digestiva y suave, hay que hacer un sofrito con poco aceite, intentar que no se queme y ser muy cauto con la sal.