Para que se conserve en óptimas condiciones lo mejor es comprarlo en el último momento antes de volver a casa.

Si se va a consumir en el día o al día siguiente, se poner en la parte más fría del frigorífico, después de eviscerado y limpio.

Conviene no mantenerlo en refrigeración más de 48 horas después de su compra y aislarlo del resto de los alimentos para evitar así que les transmita su olor.

Así se prepara:

En una cazuela con aceite se pone el perejil picado, reservando unas ramas, el estragón también picado, el tomillo, dos hojas de laurel y las zanahorias peladas y partidas en rodajitas. Sobre todo ello se pone el mero, sazonado con sal fina. Se cubre con un cuarto de litro de vino blanco, se cubre con un papel de barba engrasado y se tapa la cazuela. Se deja cocer lentamente durante media hora.

Pasado este tiempo, se incorpora el tomate —pelado, picado y bien triturado—, una tacita de caldo, se rectifica de sal y se deja cocer durante 20 minutos más.

Los trozos de mero se sacan a la fuente de servir y se reservan al calor. La salsa se pasa por el pasapurés muy fino y se hierve durante unos minutos. Se vierte sobre el mero y se espolvorea con el perejil reservado picado fino.

Ingredientes para 4 personas

1 kg de mero, 150 g de zanahorias, 1/4 kg de tomate, vino blanco, estragón, laurel, perejil, tomillo, caldo, aceite de oliva, sal.