No, en serio, ¿de verdad ha salido al mercado el juego de mesa del concurso de Antena 3 Ahora caigo? ¿Es que nos hemos vuelto todos locos? ¿Cómo va a poder reproducirse en un juego de tablero el meollo, el puñetero tema central del programa, que no es otro que la plomiza caída del concursante perdedor por un agujero que lleva a un inframundo ignoto? (Spoiler: en Ahora caigo los concursantes perdedores se caen por un agujero. Lo aviso porque los gritos de sorpresa de las señoras del público cuando tales precipitaciones ocurren hacen sospechar que las espectadoras creían estar asistiendo a la grabación de Saber y ganar).

¿Vienen dentro de la caja del juego unos muñequines ad hoc que representan a los jugadores y se colocan sobre unas trampillinas al efecto, de tal manera que cuando retamos y ganamos a nuestro cuñado, éste aprieta un botonín y su avatar de plástico hace plin plin cayendo a un agujero? No es lo mismo, se mire como se mire, ese juego no es Ahora caigo.

¿Advierten inequívocamente las instrucciones que acompañan al tablero que cuando un participante se quede sin comodines y falle una pregunta deberá tirarse por el hueco de la escalera del inmueble en el que se hallare sin más precaución que la retirada de las gafas si las hubiere? Vale, bien, eso ya se va pareciendo más a mi concurso favorito, pero dudo mucho que un juego de esas características hubiera pasado los controles de Sanidad que tan meticulosamente cuidan de que ningún juguete destinado a niños menores de tres años contenga piezas separables pequeñas.

Cuanto más lo pienso menos lo entiendo. Ya en su día comentamos la aparición del juego de Pekín Express (¡!) y no me extrañaría que la próxima campaña de Reyes contara con el juego de Supernanny o el de Granjero busca esposa. Pero sigo sinsaber en qué se puede parecer un juego de mesa al concurso de Arturo Valls. Nada, me rindo, y como ya no tengo comodines, se abrirá el suelo bajo mis pies y me precipitaré al Más Abajo mientras algunas señoras gritan.