El 2016 está siendo un año de dura competencia en la taquilla cinematográfica. Si bien es cierto que está siendo 'el año de oro de los superhéroes', la respuesta del espectador a la avalancha de precuelas, secuelas y spin-offs no está siendo tan favorable como los estudios esperaban. ¿Habrá agotado Hollywood su 'gallina de los huevos de oro', o simplemente necesita dar una tregua al público?.

Ya ha comenzado la temporada de verano. Una época que en las últimas décadas se ha caracterizado por contar con una gran avalancha de blockbusters que tienen un único objetivo: llenar las butacas de las climatizadas salas de cine durante los meses estivales. Sin embargo, la gran mayoría de estrenos programados para 2016 son, o bien continuaciones de sagas, o bien películas que se engloban dentro de una 'identidad de marca'.

Mientras que algunos de los próximos estrenos, como 'Suicide Squad', 'Buscando a Dory' o 'Expediente Warren 2' parecen (a priori) apuestas seguras, el reciente estreno estadounidense de Ninja Turtles: Fuera de las sombras ha puesto de manifiesto la desgana del público por visitar historias ya conocidas.

Y la cosa no acaba ahí. Warcraft: El origen no ha tenido la acogida esperada (con una recaudación de 25 millones de dólares en su primer fin de semana), y próximos estrenos como Independence Day: Contraataque, Star Trek: Más Allá o Jason Bourne, ni siquiera se muestran como productos apetitosos para el espectador. ¿A qué se debe este repentino cambio en la mentalidad de los asistentes a las salas?