Reza el dicho que una película es tan buena como lo sea su villano. Una máxima que se cumple a pies juntillas en X-Men: Apocalipsis, la última película de la patrulla X dirigida por Bryan Singer. En este caso, la nueva némesis de los mutantes encarnada por Oscar Isaac es el quiero y no puedo, el más es menos de las películas de superhéroes.

El temible villano de X-Men: Apocalipsis aparece como un insondable misterio, como el primer mutante de la historia que ha ido acumulando dones de otros de su especie durante cientos de años hasta convertirse en el ser más poderoso ha pasado por este pequeño planeta que conocemos como Tierra.

Ahora, 5.000 años después, despierta de su letargo para ejercer de juez y verdugo y restablecer el orden natural de las cosas: los más fuertes, es decir, los mutantes, deben dominar el mundo bajo su mando. Grandes planes, grandes expectativas alimentadas por un cuidado prólogo que nos lleva hasta el Antiguo Egipto que el personaje interpretado por Oscar Isaac no logra satisfacer. Repasamos 8 razones por las que En Sabah Nur es no el peor villano de los X-Men, pero puede que sí el más decepcionante.

(Atención: Esta noticia contiene spoilers)

Preso de su imagen

El villano de X-Men: Apocalypse no sorprende por su poder, ni tampoco por sus malvados objetivos, sino por estar atiborrado de maquillaje, plástico e incluso cables que enmarcan su, en teoría, intimidante rostro. El diseño a cargo de Bryan Singer y su equipo se antoja demasiado recargado como para que el inmenso trabajo de Oscar Isaac en materia gestual sea creíble.

Los villanos azules no funcionan

Y más allá de ser esclavo de su aparatosa caracterización, Apocalipsis vuelve a demostrar que el azul no es un color para los villanos cinematográficos. Esta es una evidencia que el público ya pudo comprobar con el Mr. Freeze de Arnold Schwarzenegger en el Batman de Clooney, con algunos Na'vis en Avatar, con Electro en la secuela de The Amazing Spiderman e, incluso, con los pitufos en su versión cinematográfica (¡Qué malos son!). Una maldición que ahora corrobora Apocalipsis y que lanza un aviso a navegantes: Marvel... cuidado con Thanos.

A pesar de Oscar Isaac

La esforzada interpretación de Oscar Isaac no evita que su Apocalipsis recuerde al clásico villano de principios arraigados, dialéctica deficiente y aspecto irrisorio, un falso líder que aprovecha las debilidades de los demás para su propio beneficio y, después, se revela como fraude. El gran problema reside en que, aunque le modulen la voz para que sus frases retumben con poderío, Apocalipsis sigue siendo un villano totalmente inverosímil.

Falta de liderazgo

Deshonroso, Apocalipsis se aprovecha de la debilidad de los jóvenes Psylocke, Tormenta y Ángel, y también de la rabia de un Magneto oscuro e introvertido, para conformar su ejército de cuatro jinetes. Sin embargo, éstos no luchan hombro con hombro por afinidad con el objetivo apocalíptico de En Sabah Nur, sino porque necesitan algo en lo que creer, algo que les de eso que han perdido.

Mucho ruido y pocas nueces

El increíble poder -o más bien dicho colección de poderes- del que se jacta En Sabah Nur sólo le sirve para matar a unos pobres trabajadores en Polonia, en pos de captar a Magneto para su selecto club mutante en el que tienen cabida renegados, rabiosos vengativos y alcohólicos. Es una lástima que Apocalipsis lleve 5.000 años atesorando poderes sin moverse de su féretro, pues todo se queda en agua de borrajas, en un simulacro donde nadie sigue sus órdenes.

Una momia milenaria con aires de grandeza

Apocalipsis acusa al resto de mutantes -en una frase que podría extenderse también a los superhéroes de Marvel e, incluso, a los de DC-, de que en el mundo donde se ha despertado abundan los falsos dioses. Sin embargo, lo que propone el villano no es una reestructuración afín a los principios de un Dios, sino a los de un psicótico con aires de grandeza.

El triste guiño a Star wars

Uno de los poderes de Apocalipsis en la película es el de mover arena, que no tierra, para enterrar a sus rivales. Precisamente, En Sabah Nur hace gala de una de sus virtudes en su primera aparición en pantalla emulando, nada menos, la secuencia de Star Wars: El Imperio Contraataca en la que Han Solo queda congelado en carbonita por orden de Darth Vader. Todo originalidad.

La excusa para presentar a la nueva fénix oscura

Si algo puede tener de bueno la vitola de ser todopoderoso y casi invencible del personaje de Isaac, es que supone la excusa perfecta para presentar a la que está llamada a ser la clave en el futuro de la saga mutante, la nueva Jean Grey. Exigida por las circustancias, y alentada por su mentor, el personaje encarnado por Sophie Turner desata todo el poder que lleva dentro mostrando, por primera vez, a la nueva Fénix Oscura. En definitiva, que después de tanta parafernalia En Sabah Nur puede pasar a la historia de la franquicia como un mero catalizador de la nueva era de la saga.