A la carrera tuvo que subir hoy la actriz española Rossy de Palma, miembro del jurado, las escaleras de la alfombra roja del Festival de Cannes, que rindió homenaje al director estadounidense Woody Allen, a la sombra de un "macromoño" que atrajo todas las miradas.

Frente a lo que dictan los cánones, De Palma llegó a la proyección de "Irrational Man", la nueva obra de Allen, más tarde que el propio equipo de la película.

Un encargado de la organización tuvo que enganchar del brazo a la actriz española, con un amplio vestido rojo y un recogido con flores del mismo color (todo a juego con la tonalidad de la alfombra), para ayudarla a subir a toda prisa las escaleras y llegar antes del comienzo de la proyección.

Minutos antes habían hecho acto de presencia Woody Allen, un tanto alicaído, y las estrellas de su nuevo filme, bien acogido por la prensa por la mañana: Emma Stone y Parker Posey.

Stone, con un vestido gris claro con corte de sirena y larga cola, lució sonrisa, aunque se mostró algo remisa a la hora de saludar a los fans.

Tanto que el mismo delegado general del festival, Thierry Frémaux, tuvo que pedirle, sutilmente, que agitase la mano en lo alto de las escaleras.

Parker Posey lució un look setentero, con gafas de sol, un vestido dorado y un peculiar turbante que coronaba su cabello.

Pero la mayor capacidad de atracción se la llevó la dama del doble "macromoño", que ya ayer deleitó a sus incondicionales con un peinado a lo Marge Simpson.