Detrás del superhéroe que popularizó a Chris Evans se esconde un más que aceptable bailarín de claqué que estudia filosofía oriental y que, pese al éxito, sigue diciendo lo que piensa sin ceñirse al guión de los diálogos prefabricados. Ha sido la Antorcha Humana en Los 4 fantásticos (2005 y 2007) y también tuvo poderes extraordinarios en Capitán América: el primer vengador (2011) y Los Vengadores (2012). Pero este actor de método que empezó en el teatro y se trasladó a Nueva York para estudiar en la famosa escuela de Lee Strasberg sigue teniendo los pies en la tierra.

Está encantado de ser uno de los héroes favoritos de niños y adolescentes porque siente que siempre formará parte de sus recuerdos: "Yo crecí con películas como Los goonies, y siempre que vuelvo a verlas recuerdo mi niñez. Es excitante pensar que seré el Capitán América en los recuerdos infantiles de una nueva generación". Se describe como "realista, honesto, leal y amante de la familia. Y una persona muy franca: no me da miedo decir lo que pienso y no me arrepiento de nada de lo que he dicho".

Si pudiera trasladar su personaje más famoso a la vida real, el mundo sería un lugar donde cooperar sería más sencillo. "El punto fuerte del Capitán América es trabajar en equipo, y estoy seguro de que las cosas irían mejor si intentáramos resolver los problemas todos juntos. Ahora a la gente le cuesta mucho comprometerse y trabajar unida, especialmente en política", asegura. No siempre ha hecho de chico bueno y modélico. En The Ice Man (2012), con James Franco y Winona Ryder, era un psicópata asesino, un cambio radical de registro: "Como superhéroe tienes una moral indiscutible, y un psicópata está deseando hacer cualquier cosa que le venga a la cabeza. Puede que no suene bien, pero era casi divertido vivir en una mente así. Tener la voluntad de llevar hasta el final cualquier pensamiento o sentimiento es liberador".

Chris Evans vuelve a ser imagen de Guilty, en la última versión del perfume de Gucci. Su relación con la marca viene de más atrás: aún conserva el primer traje que tuvo, que era de esa firma italiana. "Es curioso que haya acabado trabajando con ellos. Cuando lo compré me parecía la cosa más bonita que podías tener", recuerda. Entonces no era famoso y quizás ni soñaba con protagonizar superproducciones.

Ahora, con el éxito, se ha vuelto más cuidadoso con sus amistades. "A veces la gente tiene un plan y te escoge como amigo por interés, así que hay que ser consciente de ello a la hora de dejar entrar a alguien en tu vida".