'Lo imposible' es el título de la película de Juan Antonio Bayona sobre el tsunami de 2004 y un modus operandi que le ha llevado a recrear lo irrecreable y a plantarle cara a Hollywood con 30 millones de euros y dos de sus estrellas, Ewan McGregor y Naomi Watts.
«Si he de ser sincero, nunca pensamos que no lo conseguiríamos. El reto era impresionante, pero la cuestión era ponerse a trabajar y, cuando no salía bien, se corregía. Pero no podíamos plantearnos que no iba a salir bien», explica Bayona.
Tras pasar por el festival de Sitges, el director, que debutó con el éxito El orfanato, viajó ayer a Valencia con el guionista de Lo imposible, Sergio G. Sánchez, para presentar anoche el filme en los cines ABC Park, un día antes de su estreno comercial.
Lo imposible, según Bayona, es una película que «no solo habla de la supervivencia, sino de seguir viviendo después de la tragedia». El director conoció a través de la radio la historia de María Belón, madre española de una familia con tres hijos que sobrevivió a la catástrofe. «Le puse cara y ojos a la tragedia. Y me interesó cómo esta madre y este hijo respondieron de manera heroica a lo que sucedió, sin hacer nada por sobrevivir», dice el director barcelonés, que ha recreado en el tanque de agua de Ciudad de la Luz el tsunami que arrasó Tailandia.
«No hay reflexión, porque los personajes no tienen tiempo de pensar», comenta Bayona sobre su filme. «La película pretende ser un reflejo de la experiencia que vivieron estas personas. El primer impacto fue un shock. A partir de ahí empiezan a asimilarlo y la película avanza de esa manera: primero por sorpresa, luego se va llenando de otro tipo de emociones», reflexiona.
Las emociones acaban ahogando al espectador hasta convertir Lo imposible en una experiencia de angustiosa espectacularidad que ha provocado desmayos en las proyecciones en Toronto, San Sebastián y Sitges.
La película llegará el 21 de diciembre a EE UU. «Han encontrado ese hueco pensando en las posibilidades de la película de cara a los premios», afirma.
