Es una pálida y poco inspirada versión de la cinta homónima francesa de 2009 que abordaba, desde la perspectiva de la comedia, los problemas sentimentales y familiares de un grupo de amigas adolescentes. Sin la chispa, el ingenio y la frescura necesarias y con soluciones presuntamente divertidas que son ñoñas o anodinas, buena parte de su metraje invita a la desconexión de los fotogramas.

Podría parecer sorprendente siendo la misma directora, la gala Lisa Azuelos, la que ha realizado ambas y de ella es también el guión, pero queda claro que se mueve bastante mejor en un ámbito francés y por ende europeo que en el norteamericano, que extraña de forma permanente y que a través de sus manos se convierte en algo artificioso y sin credibilidad. Con pocos o nulos estímulos, la cinta se deteriora de forma paulatina y ni siquiera una Miley Cyrus desangelada, cada vez con menos encanto, anima la cosa.

Como sucedía en la versión previa, el objetivo era mostrar los primeros escarceos amorosos de unos jóvenes estudiantes, visto de forma preferente a través de los ojos de las chicas, y las dificultades que ello acarreaba con unos padres muy preocupados, sobre todo, de las cuestiones sexuales. En el seno de ese panorama, destaca con luz propia Lola, llamada Lol por sus amigos, que acaba de sufrir la ruptura con el joven que suponía su primer romance más o menos serio, aunque solo para iniciar otro, con alguna que otra dificultad, con un amigo del mismo. Es la época en que las muchachas se convierten en mujeres ante la estrecha vigilancia de unos padres que no están demasiado al tanto de los problemas íntimos de sus hijas. Lol, sin ir más lejos, atraviesa serios contratiempos con su madre y está desconcertada porque sus padres divorciados siguen teniendo una relación a escondidas.

Si el panorama que se define con Lol no es nada sugestivo y resulta estúpido a menudo, el que brota de su entorno, incluida la enamorada del profesor de turno, el compañero que intenta ligar en vano a toda costa o la compañera que acaba cediendo a la presión del conquistador frustrado, es todavía menos satisfactorio. Diríase que Azuelos no ha sabido captar la realidad del universo de la juventud actual y que su visión ha quedado superada por el tiempo y por las circunstancias.