Clasificación: [***] Título original: 'Safe house'. Dirección: Daniel Espinosa. Guión: David Guggenheim. Reparto: Denzel Washington, Ryan Reynolds, Vera Farmiga, Brendan Gleeson, Sam Shepard, Joel Kinnaman,

Robert Patrick, Liam Cunningham, Sebastian Roché, Tanit Phoenix, Jake McLaughlin. EE UU. 2012. 115 min.

La era Wikileaks ha llegado al cine. Y no porque se haya convertido (todavía) la vida y obra de Julian Assange en película (o telefilme), sino porque su cruzada por la transparencia informativa, su empeño por arrojar luz sobre las

cloacas del sistema, ha calado, aunque sea como rumor de fondo. Así lo demuestra El invitado, protagonizada y producida por Denzel Washington, que interpreta a un exagente de la CIA que decide comprar y vender un chip

con oscuros secretos de las principales agencias de información del mundo, para destapar sus tejemanejes y mentiras.

No se inquieten: Denzel no se ha vuelto un revolucionario, su cruzada responde solo a un empeño personal, una última venganza contra un sistema podrido. Lo que en los años setenta era un cine de acción que combinaba sin rubor la crítica política, se ha convertido hoy en un espectáculo de pirotecnia al servicio de sí mismo. Y eso no tiene por qué ser necesariamente malo, aunque resulta significativo ver qué ha hecho Hollywood con la política en estos cuarenta años: de 'Los tres días del cóndor' (1975), por ejemplo, a 'El invitado', la política ha pasado de protagonista a elemento de atrezo. En una de las persecuciones de la película, en lugar de toparse con el clásico desfile del día de San Patricio, los protagonistas se topan con una de parados reclamando más empleos. Ahí acaba la conciencia de una película que se entrega luego a la rapidez endiablada de la acción, para terminar con un giro moral de cara a la galería.