Es lo que tiene el marrar el tiro cuando dos pájaros como estos pasan así, tan juntitos, que se lo ponen a huevo a los de la escopeta. En el peor de los casos, abrirán hueco para minimizar riesgos y seguirán ruta por ahí arriba, cada uno a su aire, con vuelo firme y partiendo nubarrones con el pico. En cambio, si hay suerte, seguramente unirán ala con ala, ganarán envergadura y peso, y, como hambrientos albatros en picado, lanzarán un contraataque demoledor.

Benditas y paradójicas musas del verso y los acordes, a los del gatillo fácil quizá les cegó el sol reflejado en el negro de las plumas... O puede que tuvieran la azotea nublada por tragar demasiados chupitos de melancolía, o de purismo, o de rabia, o de cualquier mezcla imposible y traicionera, que vaya usted a saber con qué diablos le gusta jumarse al lado oscuro del alma humana...

El caso es que los escopeteros no dieron ni una entonces, cuando intentaron abatir a aquellos Dos pájaros de un tiro en su primer vuelo en pareja, y los pájaros primos Serrat y Sabina han vuelto a unir poemas y afonías, ironías, amores, guasas, sutilezas y desgarros..., ahora con la irresistible y misteriosa fuerza añadida que atesoran ciertos locos y, desde luego, todos los supervivientes.

Porque las cosas no sucedieron exactamente como nos las contaron, cosa rara... Serrat y Sabina son la feliz y familiar pareja de músicos por accidente de la banda de Wallace Hartley; los únicos integrantes de la orquesta del Titanic que salieron, empapados y ateridos, pero incólumes al fin y al cabo, de la tragedia de aquel vanidoso barco que se fue a pique después de estampar su ambición desmedida y su repugnante clasismo contra la puntita de un iceberg en el Atlántico norte, justamente ahora acaba de hacer un siglo.

Lo recordaron los propios primos, Sabina y Serrat, cuando presentaban en Madrid su peripecia: «No podemos contar todos los detalles de nuestra aventura, porque hemos vendido los derechos exclusivos del relato al semanario inglés News of the World. Pero tenemos preparada una canción en la que narramos lo que ocurrió. Eso sí, desde el punto de vista científico, estamos en condiciones de señalar que hacía un frío de cojones».

Cien años después, y como el hombre parece que no avanzará nunca un metro sin partirse la crisma, la codicia sin límite y la injusticia elitista vuelven a campar a sus anchas, no ya entre la mugre y los dorados de un vapor de lujo (arriba) y de miseria (abajo), sino a lo largo y ancho de los ineptos, corruptos y especuladores sin escrúpulos de este planeta del carajo. «El mundo se hunde y nosotros nos vamos de gira», dijo Sabina. «Los músicos del Titanic son una metáfora perfecta de la dignidad ante la que está cayendo», añadió Serrat.

Así arrancó (más o menos, porque ya se sabe que, extrañamente, las cosas nunca son exactamente como nos las cuentan) Dos pájaros contraatacan, la gira de presentación de las once canciones del disco La Orquesta del Titanic, el segundo trabajo a cuatro manos, dos voces y un destino (por ahora) de Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, producido por Javier Limón. El próximo martes, 3 de julio, a las diez de la noche, llega a la Plaza de Toros de Valencia, procedente de Alcoi y antes de continuar la singladura en un periplo español que acaba de zarpar, como zarpó en 2007 Dos pájaros de un tiro, de la esteparia Zaragoza.

Serrat y Sabina vienen también de cosechar éxitos y polémicas por América e Israel. Éxitos, porque el espectáculo ya ha sido visto por más de 400.000 personas (en Buenos Aires, llenaron durante 18 días el mítico Luna Park) y porque pasan de 200.000 las copias del disco vendidas. Polémicas, porque en mayo, cayendo chuzos nacionalistas de punta a causa de la expropiación de YPF por parte de Argentina, Serrat y Sabina osaron afirmar que su patria no es ninguna multinacional (lo repitieron en TVE, en Entrevista a la carta, de Julia Otero), sino España, por mucho que ahora esté «como el culo». Y polémica por haber cantado en Israel, en contra de la opinión de buena parte del orbe propalestino.

¿Qué decir? Al fin y al cabo, hablamos de Serrat y Sabina, dos pájaros primos en vuelo libre.

Los ganadores de las entradas son:

MARCELO pardo gimeno

María Aznar Jarque

José Luis Sánchez Moreno

juan perez santos

pablo barbera rausell