Se dice de él que era un genio y el estreno en 1599 de esta pieza demuestra que, efectivamente, lo era en todos los sentidos. Cuando William Shakespeare escribió la tragedia de Julio César, una de sus obras más oscuras y potentes, se valió de la antigua Roma para dejar constancia de la ansiedad del pueblo inglés ante los problemas de sucesión. Un texto osado y que se atrevió a representar por primera vez ante los ojos de Isabel I.

Cuando se cumple el cuarto centenario de la muerte del dramaturgo inglés, Sala Russafa estrena un nuevo acercamiento a esta pieza dentro del pequeño homenaje que le rinde su V Festival de Talleres de Teatro Clásico, con los estrenos de esta pieza y de una versión de Macbeth el próximo 23 de junio, ambos a cargo de Chema Cardeña.

Del jueves 9 al domingo 12 de junio puede verse Julio César, un montaje valiente en el que once mujeres encarnan a los personajes masculinos. Este curioso intercambio de sexos pretende ser un guiño a la época isabelina en que se estrenó esta pieza, cuando las mujeres tenían prohibido actuar y los papeles femeninos eran encarnados por hombres. Ahora, al contrario que entonces y en un texto con un reparto mayoritariamente masculino, los populares César, Antonio, Bruto, Octavio o Casio cobrarán vida con la voz y sensibilidad de las actrices.

El montaje es fruto de la investigación en los talleres de interpretación para profesionales impartidos por Cardeña en Sala Russafa.

Rocío Ladrón de Guevara, Irene González, Lucía Poveda, Rocío Domènech, María Pérez, Patricia Sánchez, Mónica Zamora, Ruth Palones, María Asensi, Alejandra Beltrán, Sara Bonell, Juanki Sánchez y José Torres son los encargados de recrear la conspiración contra el dictador Julio César así como la política y la sociedad donde se desarrolla, la Antigua Roma. Una trama sobre la lucha por el poder tan apasionante como profundamente actual.