En qué cree que debería mejorar la salud de nuestro cine?

Se debería fortalecer la distribución, por ejemplo, y apoyar las nuevas voces. Yo pondría especial atención en la distribución. Parece que el cine español viaja mal fuera porque no hay una buena distribución y porque no hay apoyos para la distribución. Y eso debería ser un objetivo de las instituciones.

El estreno simultáneo de Carmina o revienta en salas y en plataformas digitales levantó muchas críticas. Pero funcionó.

Sí. Fue un experimento arriesgado. Aunque creo que había demasiado miedo para tan poco peligro.

Un peligro que, además, asumía entero, ya que era su dinero el que estaba en juego.

Claro. El riesgo era sólo mío. Me lo podía permitir y creo que fue bien. Sobre todo, a nivel de comunicación, y de que la gente viera que hay otras maneras de hacer las cosas y que hay que inventarlas. Lo que hasta ahora está establecido ha quedado o se está quedando obsoleto y, por tanto, hay que inventarlo todo. Pongámonos a investigar, porque hay que inventar una nueva manera de hacer cine.

¿Se siente en parte responsable de los nuevos aires que se respiran en el cine español y de la nueva conexión con el público?

No. Lo que siento es que soy un granito más de toda la generación de cineastas que hace cine hoy, con la coyuntura tan complicada en la que nos encontramos. Es verdad que hay una reconciliación con el público, que creo que es lo más importante. Y que decir «cine español» ya no conlleve los tópicos y prejuicios de siempre. Pero hay mucho por hacer. Está bien que existan esos taquillazos, porque son como puntas de lanza para crear hábitos de consumo. Porque transformar los hábitos de consumo de los españoles en muy complicado.

Dicen los menos optimistas que el pasado años fue bueno porque despuntaron tres o cuatro títulos, pero que regresarán los días negros.

Bueno, la verdad es que, después de un año tan bueno, lo más lógico es que baje.

A finales de año confesó que en su carta a los Reyes Magos había pedido dirigir un corto, un largo y una serie. ¿Recibió los tres regalos?

Pues sí. Estoy ya con los tres proyectos. Lo del cortometraje y la película ya está. Estamos peleando los detalles.

¿Tiene título la película?

Aún no. Lo estoy buscando. Es un encargo que me ha hecho Vértigo Wild Bunch para hacer una adaptación de la película australiana The little death. Ahora mismo estoy trabajando en el guion.

¿Para trasladar la acción al universo español?

No al universo español, sino a mi universo. Lo que voy a intentar es pacoleonearla: hacerla muy mía. La verdad es que le hemos dado la vuelta al guión, y más que un remake, será una película inspirada en The little death.

¿Y el cortometraje?

Voy a hacer un cortometraje patrocinado por Gas Natural. Todavía no es oficial, pero voy a hacer un corto con unos actores de lujo, de los que todavía no puedo

hablar.

¿No tiene miedo a no acertar al sumergirse en historias que no le son tan cercanas como lo eran sus dos Carminas?

No, porque mi inspiración sobre la realidad es constante. Por ejemplo, para esta adaptación de The little death he trabajado con vivencias propias y con anécdotas que voy recopilando; siempre estando en contacto con la vida. Azcona decía que si no se escribían buenos guiones, era porque la gente no escuchaba lo que pasaba en el autobús. Y para mí esa es siempre la fuente de inspiración, ya sea la mesa de camilla de mi madre o lo que escucho en un bar. La realidad me parece lo más inspirador. Lo más cercano es lo que me parece más interesante. Porque lo entiendo. Y creo que solo se puede contar bien lo que se entiende.

¿Tiene esperanzas en las elecciones generales?

Tengo esperanza de que algo cambie, sí. No sé si cambiará mucho o poco, lo bueno es que para mal es difícil. Confío que el cine vaya a mejor. Incluso en Andalucía, donde se está preparando una Ley del Cine. El desapoyo político ha sido tan grande y constante que creo que sólo se puede mejorar. Y estoy ilusionado con que pase eso.

¿Es necesario bajar al infierno para que mejoren las cosas?

No, pero es verdad que las crisis despiertan y democratizan la creatividad. Como todo el mundo está tan mal, pues ya no hay un star system de los que tienen. Ahora, como nadie tiene, pues todo el mundo está en las mismas condiciones. Y eso es muy interesante.