Quizá lo que más pueda sorprender de partida a quien se acerque a los cómos de esta obra de Éric Assous, sea un trágico arranque, el asesinato de una mujer, en combinación con los posteriores y livianos modos del vodevil. Sin embargo, Gabino Diego, uno de los tres coprotagonistas del montaje (en el Teatre Talia hasta el 3 de mayo), junto con Antonio Garrido y Antonio Hortelano, lo explica con facilidad: "Assous, que es un magnífico autor, adopta ese punto de partida para que se sepa que la cosa va en serio, pero luego los personajes van entrando en conflicto y empiezan a suceder muchas cosas, muchas de ellas incluso cómicas, porque los dramas tienen que tener comedia para sostenerse, del mismo modo que la buena comedia contiene siempre un drama". En este caso concreto de 'Nuestras mujeres' —prosigue el popular actor madrileño—, "la obra va pasando muchos estilos: hay drama, comedia, thriller, incluso clown... En definitiva, todo puesto al servicio de tres hombres hablando en escena de sus sentimientos y de cómo son sus relaciones con las mujeres". "Y hay que dejar claro

—termina Diego— que la obra no habla del problema de la violencia doméstica ni nada parecido, se toca muy por encima, básicamente, es sólo la excusa inicial que da pie a hablar de otras muchas cosas".

Hemos visto más obras en las que el punto de vista es el inverso, mujeres hablando de hombres. ¿Cómo reaccionan ellas ante su propuesta?

Pues sí, y al principio nos daba mucho miedo que a las mujeres no les gustara la obra, pero, curiosamente, es al revés, es a ellas a quienes más les gusta. Y pensándolo bien no es nada extraño, porque lo que se ve es a tres hombres quitándose la careta, mostrando sus sentimientos.

¿Y los comprenden? Mejor todavía: ¿empatizan con ellos?

Bueno, sí, porque es que, pese a las aparentes fortalezas iniciales, se va viendo que todos tienen fracasos en sus vidas y sus mujeres están planeando siempre ahí, sobre ellos.

Están ahí, pero no físicamente.

Sí, esa es una de las cualidades de esta obra, que es una maravilla.

Un gran éxito en Francia.

Desde luego. La están haciendo los mejores actores de Francia. Y no digo yo con esto que nosotros seamos los mejores actores de España, claro... Entiendo perfectamente por qué Daniel Auteuil quiso hacer este personaje, y ahora le ha sustituido Jean Reno.

¿Cómo es concretamente su personaje en 'Nuestras mujeres'?

Mi personaje es el de un reumatólogo... que tiene dolores de espalda (ríe). Es un hombre que, aparentemente, tiene una vida profesional y personal maravillosa. Pero con el tiempo vamos descubriendo que en realidad las cosas no son tan así. Justo al revés que el personaje de Antonio Garrido..., la función va de sorpresa en sorpresa.

¿Se identifica con él de algún modo?

No, no, la verdad es que no me identifico con mi personaje en esta obra. Yo creo que soy mejor que él... Eso sí, lo entiendo perfectamente, lo cual también es necesario para interpretarlo. Pero él afirma que todo le va genial, que no tiene defectos..., uno de esos a los que es muy fácil envidiar, pero, claro, las cosas no son realmente así. Yo, en lo personal, sé muy bien dónde estoy y acepto cuando las cosas no funcionan como me gustaría, porque de esos problemas también se sacan cosas, lecciones.

Hombres desnudándose sentimentalmente, hablando sin tapujos de ellos mismos y de las mujeres..., y, claro, en general, de la vida: la amistad, la lealtad, la ética personal...

Efectivamente. En la función, que se desarrolla en una noche, hay un momento en el que se debate si se debe delatar o no al amigo que ha matado a su mujer. Eso da pie a que salgan a flote los sentimientos profundos y los trapos sucios de la relación.

'Nuestras mujeres' plantea también una pregunta tan genérica como compleja: qué supone ser un hombre hoy en día.

Pues yo creo que hoy en día los hombres estamos un poquito confundidos... Pero también les digo siempre a las mujeres que nosotros también somos un poco víctimas en esto, porque nos dicen desde pequeños que tenemos que ser algo en la vida, que si la mujer trabaja y nosotros no, no servimos para nada o, peor todavía, somos unos chulos. Pero es que esto lo ven así muchos hombres y muchas mujeres también, nos ham metido mucha presión. Pero bueno, también creo que, afortunadamente, esto está cambiando. Lo que sí me parecen imperdonables son cosas como que, por ejemplo, las mujeres cobren menos por hacer el mismo trabajo que los hombres o incluso mucho mejor. La mujer nos da cien mil vueltas en muchas cosas, pero es muy generosa y muchas veces aparca sus proyectos y sus sueños para tener hijos. Yo hablo mucho esto con mi chica. Mira, voy a preguntarle... Sí, por ejemplo, me dice que muchas de las piezas atribuidas a Mendelssohn no eran suyas, sino de su hermana, pero tenía que firmarlas él. Y también te digo una cosa: a la hora de trabajar, siempre prefiero una mujer a mi lado.

Sin destripar la obra, ¿cómo sale el público de 'Nuestras mujeres', contento o triste?

No, no voy a contar el final, claro. Lo que sí puedo decir es que es una obra llena de sorpresas hasta el último minuto. Porque, repito, incluye muchas cosas, desde la comedia hasta el clown. Y en esto también tiene mucho que ver Gabriel Olivares, el director, porque el siempre dice que lo que quiere del teatro es que esté siempre sorprendiéndole, que no haya cosas previsibles. Ha sido fantástico trabajar con él, además en un papel como éste, que creo que es uno de los más importantes de mi carrera.

Pues eso, ¿por dónde irá después su carrera?

Bueno, he hecho un capítulo de 'Águila Roja' y voy a rodar una película con Miguel Ángel Lamata. Curiosamente, si esta función se titula 'Nuestras mujeres', la película se llama 'Nuestros amantes'. Es una comedia romántica con Eduardo Noriega, Amaia Salamanca y Michelle Jenner.