Recién acabado y todavía caliente el Festival Sagunt a Escena, ya la nueva temporada empieza a desperezarse. Hasta no hace mucho, era inaudito que la programación teatral comenzara a principios de septiembre. A todo lo más, teníamos que esperar al mes de octubre, llegando alguna vez a contar algún programa al finalizar la Mostra de Mim de Sueca (a mediados de septiembre).

La cuestión es que el Olympia, desde hace algunos años, ha roto con esta dinámica al abrir la temporada lo más pronto posible, incluso sin esperar a que acabe el mes de agosto, como ocurre en este caso. A este avance se une también el Talia desde que dejara de ser un teatro público y pasara a ser gestionado por la misma empresa que la del teatro de la calle de San Vicente. A ello hay que añadir este año Microteatro Valencia que todavía ha iniciado sus actividades con inesperada anterioridad, ya que desde el pasado día 20 mantiene ya su programa inicial que tiene como título Porque me aburro. A raíz de este título, tres de sus salsas han comenzado a funcionar con sendos estrenos, O sana en el cielo, de José Bosch; Helado de fresa, de Rubén Bellés, y Vidas gananciales, de Vanessa Gradolí. Al mismo tiempo también se han iniciado las sesiones golfas de igual manera con tres estrenos: El oso se aburre, de Salva Ferriol; Gloryhole, de Rubén Bellés, e Intimísimas, de Antonio Gómez Rufo.

Regresando al Teatro Olympia, son dos los espectáculos previstos para esta semana. El primero lo presenta el Ballet Nacional de Rusia, compañía que pone en escena, los días 30 y 31 de agosto, Miguel Strogoff, el Correo del Zar. Como se recordará, esta conocida historia de Julio Verne se desarrolla en 1850, y tiene como eje al capitán Miguel Strogoff quien vive una arriesgada misión: llevar un mensaje urgente desde Moscú a Irkutsk, capital se Siberia, para que esta no sucumba ante los invasores tártaros que la tienen sitiada. Para ello el capitán realiza, como correo del zar, un desbordante viaje de más de cinco mil kilómetros, donde el Ballet Folclórico Nacional de Rusia Stavropol Cossacks va desglosando los extensos territorios que Strogoff atraviesa y mostrando una visión escénica de las luchas y duelos ente cosacos y tártaros, sus costumbres, sus músicas y artesanías, sus danzas de guerra y amor. En fin, una adaptación musical para todos los públicos, y una compañía que cuenta con 30 artistas de primera élite mundial.

Seguidamente, del 4 al 6 de septiembre, llega El intérprete, un espectáculo de cabaret. Su protagonista es Asier Etxeandia, a quien conocimos como Maestro de ceremonias de la versión española de cabaret. Dicen que Asier aprendió a hablar cantando, y ahora puede demostrar su talento en este viaje musical a través de aquellas canciones e intérpretes dramáticos y solitarios que forman parte de nuestra memoria emocional, como Kurt Weill, Lucho Gatica, Chavela Vargas, La Lupe, Gardel, David Bowie o Rolling Stones. Figuras que se abandonaban en escena y cantaban atravesando el espejo de la experiencia para transmitirnos verdades en primera persona. Esa «verdad» se transforma ahora en este montaje donde un grupo de artistas se unen para ofrecer un concierto íntimo y elegante; un concierto que intenta alejarnos de lo convencional y lo correcto. Sus cimientos son versiones clásicas y temas originales con un planteamiento claro: desinhibición y desenfado. Un show, en definitiva, a medio camino entre la música y la interpretación, entre el cabaret y la performance.

Y por último, el Talia abre temporada el día 3 de septiembre con Teresa de Ávila, una obra de José María Rodríguez Méndez, dirigida por Enrique Belloch quien regresa a las tablas después de un tiempo de ausencia. Basada en la vida de Teresa de Jesús, el gran autor de la llamada Generación realista, construye una pieza en formato de oratorio dramático en cinco actos. Para ello, se nutre de textos escritos por la Santa, incluyendo sus más renombrados versos.

Este relato biográfico abarca desde la joven Teresa de 15 años hasta la ya anciana a las puertas de la muerte. Entre medias, asistimos, a través del talento del autor de Flor de otoño, a un recorrido histórico de la España del siglo XVI, donde música, palabra y silencio evocan a esta figura abulense exaltada a metas literarias y místicas insospechadas. A las puertas de la celebración del V centenario de su Nacimiento, la actriz Blanca Beneito da vida al célebre personaje.