El presidente de la Diputación de Castelló, Javier Moliner, el obispo de la Diócesis de Segorbe-Castelló, Casimiro López, y la alcaldesa de Benassal, Mari Luz Monterde, han sido los encargados de inaugurar la inédita exposición sobre el tesoro parroquial de la localidad de l'Alt Maestrat, una de los más importantes colecciones de arte sacro de toda la Comunitat Valenciana.
Esta exposición, que incluye piezas de orfebrería, escultura, ornamentos textiles y documentos del archivo parroquial, se ha llevado a cabo gracias a la importante labor del Servicio Provincial de Restauración, ya que los técnicos de la Diputación han recuperado algunas de las piezas más valiosas, datadas entre el siglo XV y el XVIII, ha subrayado la corporación provincial en un comunicado.
Entre ellas, destaca una cruz procesional de 1590 que presenta la marca del Gremio de Plateros de Valencia. Los vecinos y visitantes podrán contemplar en la iglesia del pueblo, y hasta el 15 de septiembre, todas estas obras de arte nunca expuestas.
"Esta colección supone un motivo más para sentirnos orgullosos del patrimonio de esta provincia y el servicio de restauración juega un papel fundamental en ello, puesto que las manos expertas de nuestros técnicos nos permiten dejar a nuestros hijos un patrimonio mejor cuidado del que heredamos", ha apuntado Moliner, quien ha estado acompañado por el diputado de Cultura, José Luís Jarque, y las técnicos encargadas de llevar a cabo todo el proceso de restauración.
Esta iniciativa se enmarca dentro del programa de actividades que el Ayuntamiento de Benassal, en colaboración con la Diputación, asociaciones y vecinos del pueblo, ha puesto en marcha para conmemorar el 775 aniversario de la entrega de la Carta Puebla. Durante este fin de semana también se ha celebrado la I Fira d'Oficis, que ha reunido a miles de visitantes por el casco antiguo de Benassal.
Seguidamente, las autoridades se han desplazado hasta la ermita de San Liborio, ubicada en el balneario Fuente En Segures, donde han visitado las obras de reforma que han permitido resolver los problemas estructurales y cambiar la instalación eléctrica.
Todo ello se ha financiado mediante colectas de los feligresas y la aportación de la Diócesis.
