Tras la resaca musical dejada ayer por Vetusta Morla, Iván Ferreiro y, sobre todo, The Hives, entre muchos otros buenos artistas, en el primer día del Low Festival, el recinto volvía a abrir sus puertas para que la fiesta siga viento en popa e, incluso, intentar que vaya a más. Así, Carlos Sadness y Empty Bottles fueron preparando el ambiente para otra intensa jornada en la que la buena música invade Benidorm. Minutos más tarde, con el sol empezando a bajar, cientos de personas se iban congregando en el escenario en el que Xoel López Aires, con Buenos Aires, creaba una atmósfera un tanto hippie en un lugar y momento bastante idílico. Mientras tanto, a escasos metros, Yuck se encargaba de poner un punto más cañero para los más enérgicos. De esta manera la tarde fue cogiendo temperatura para abrir hueco a los principales protagonistas del cartel: Massive Attack.

Con un retraso de más de un cuarto de hora, lo que impacientó algo a su público, Massive Attack irrumpió en esta velada de rock con un estilo más electrónico. Sin embargo, el respetable echó arena al asunto y las miles de personas que se reunieron entorno al escenario -quizás una de las asistencias más multitudinarias de lo que va de festival- aclamaron al grupo después de cada canción. Esta curiosa mezcla de dos baterías sobre un ritmo electro y, en ocasiones, unida una voz armoniosa parece tener una gran aceptación. Desde el inicio del concierto, este dúo de Bristol combinó palabras, imágenes y música en un concierto dirigido a los sentidos y al raciocinio del espectador, al que interpelaron con mensajes sobre las nuevas formas de poder y de control de la sociedad tecnificada y mercantilista en la que vivimos, con una clara actitud reivindicativa y en contra de la globalización. Todo ello reflejado en una gran pantalla sobre la que se proyectaron imágenes de los logotipos de las grandes marcas que dominan el mercado del capitalismo.

También con rock aunque más psicodélico y quizás algo alternativo (y desde luego sin esa intención tan anticapitalista del anterior grupo), The Horrors hizo su aparición en el festival. Con una gran juego de luces que contrastaba con los oscuros atuendos de los miembros del grupo, la banda inglesa no consiguió mover mucho al público, si bien es cierto que su estilo musical es más para escuchar que para bailar, y así fue. Por su parte, Corizonas, con un inicio acústico que dio paso a Hey, Hey, Hey hizo alarde de su particular estilo musical que fusiona el rock con un fondo country. Run to the Woods sonó a continuación previamente a que El Meister -o Javier Vielba-, vocalista del grupo, se atreviera con un dueto de batería con su compañero Roberto Lozano. El público se vino arriba.

Editors y la joven cantante danesa Mø fueron, entre otros tantos artistas, los principales encargados de poner el broche final al segundo y a su vez penúltimo día de Low Festival que, en comparación con el día anterior, sufrió un bajón de nivel considerable. Pasada la media noche, los miles de corazones amantes de la música que se concentran en la Ciudad Deportiva Guillermo Amor de Benidorm empiezan a notar esa mezcla de felicidad por el buen tiempo pasado dentro del recinto, y la nostalgia de saber que las noches de conciertos casi sin parar llegan a su fin.