Jóvenes y adultos, rockeros y seguidores de la música electrónica, españoles y extranjeros, modernos y tradicionales, todo tipo de personas se reunieron ayer con un fin: la música. Nadie quiso perderse la primera velada del Low Festival que se celebra durante el fin de semana en Benidorm. Miles de lowers -unos 23.000 según las estimaciones de la organización del evento- acudieron al estreno del que se está convirtiendo en un festival tradicional ya en la provincia.

La apertura de puertas se realizó sobre las 18 horas, y las primeras personas en la cola -que llevaban al menos una hora de espera- empezaron a entrar en este recinto que tuvo un inicio de sesión más marcado por la música electrónica que por cualquier otro género. Sin embargo, el indie y el rock que tanto caracterizan estos conciertos fue llegando poco a poco con las actuaciones de Lyann y Triángulo de Amor Bizarro. Pero la mayoría del público venía con una clara intención: Además de disfrutar de un gran día de música y buen rollo, pedían la actuación de Iván Ferreiro y, sobre todo, de The Hives, que supieron estar a la altura.

Con una gran puesta en escena y perfectamente uniformados en blanco y negro -colores que les caracterizan desde sus inicios- The Hives dieron una buena lección de lo que debe ser todo un espectáculo de rock. Howlin' Pelle Almqvist, vocalista del grupo, demostró una vez más que la gente del norte no siempre mantiene la cabeza en su sitio, pues el cantante sueco desató toda la locura que lleva dentro. No contento con eso, también quiso provocarla en el público, al que incitó a desmadrarse afirmando, en un perfecto español, que «No hay silencio en un concierto de los Hives».

Además, mostró no tener timidez alguna ya que en varias ocasiones se atrevió a bajar del escenario para mezclarse entre los miles de fans que le aclamaban, hasta el punto de coger una bandera que lucía una gran «H» en honor al grupo y que Almqvist enseñó con orgullo sobre el escenario. Durante su función, que fue lo mejor de la noche, el grupo nórdico cantó varios temas de distintos álbumes, incluido su último disco Lex Hives, como Go right ahead y Come on!, canción con la que dieron rienda suelta a su show.

Por su parte, Iván Ferreiro salió al escenario con un estilo elegante -una camisa blanca con chaleco negro y corbata azul- y un rock más tranquilo que el de The Hives, pero que consiguió sin problemas que las miles de personas que se acercaron a escucharle no pudieran evitar la tentación de saltar mientras cantaban Turnedo -tema con el que comenzó su show-, Pájaro Azul o Jet Lag.

Tampoco decepcionaron los otros grandes esperados de la noche: Vetusta Morla. Los madrileños reunieron entorno al escenario a una muchedumbre, en su mayoría jóvenes. El grupo consiguió que, a pesar de las varias horas que llevaban de concierto, se entregaran a ellos como si del primer espectáculo del día se tratase y cantasen juntos.

Así, los buenos amantes de los conciertos y la música pudieron disfrutar de una noche de espectáculos de lo más variados y que seguro no dejó indiferente a nadie.