Un ladrón golpea a una mujer de 72 años en la nuca para robarle la cartera en València

Agentes de la Policía Nacional han detenido en Valencia a un hombre de 47 años, de origen español, que a mediados de abril atacó salvajemente a una mujer de 72 años en el portal de su casa para robarle la cartera y el móvil. El presunto delincuente, que quedó en libertad provisional (con cargos) tras ser puesto a disposición judicial, está acusado de los delitos de robo con violencia, lesiones y estafa, según ha informado este miércoles la Jefatura Superior de Policía de València.

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Los hechos sucedieron a mediados de abril, cuando la mujer entró en su patio y aprovechó para abrir el buzón y recoger la correspondencia. El presunto ladrón se coló tras ella en el momento en que la mujer accedía al portal y, cuando la tuvo de espaldas y ajena a sus intenciones, le dio un fortísimo golpe a traición en la nuca que le provocó la caída al suelo, en estado semiinconsciente.

Cinco compras en solo 10 minutos

A continuación, le abrió el bolso, de donde le cogió la cartera y el móvil, tras lo cual se fue corriendo, antes de que bajara ningún vecino y lo sorprendiera in fraganti. La mujer fue auxiliada por un vecino que la encontró minutos más tarde en esas circunstancias, tras lo cual la víctima presentó denuncia por lo sucedido.

A partir de los datos obtenidos y de la investigación desarrollada, los agentes del grupo de Policía Judicial de la comisaría de Russafa identificaron al sospechoso, con numerosos antecedentes por hechos similares, y lo detuvieron bajo la acusación de esos tres delitos: robo con violencia, lesiones y estafa.

En ningún establecimiento le pidieron identificación

Esta última imputación se la ganó al usar la tarjeta de la víctima para realizar, en solo 10 minutos, hasta cinco compras en cinco establecimientos comerciales: dos comercios, un estanco y una tienda de alimentación.

En ninguno de esos cinco establecimientos le pidieron identificación, a pesar de que la tarjeta bancaria iba a nombre de la víctima, esto es, de una mujer, cuando el comprador era un hombre.

Por supuesto, cuando fue detenido ya no quedaba ni rastro del escaso dinero que la mujer portaba en su cartera ni de la tarjeta, con la que ya no pudo hacer más compras porque su dueña la bloqueó enseguida.